El centro histórico de Ixmiquilpan, fue el lugar donde mujeres feministas hñahñus alzaron la voz por todas aquellas que ha sido violentadas, maltratadas, asesinadas, mutiladas y violadas, en su trabajo, familia, matrimonio, noviazgo, sólo por el hecho de ser mujeres, denunció la presidenta del Consejo Supremo Hñahñu, Anayeli Mejía Reséndiz.
“Rä gi tsa xa gra noho ge’ä rä nzaya; Hadgägihü nzäntho; Ge’ä mä castigohü; Hange ya xuñha ja”, así reza en lengua materna la primera estrofa del himno feminista, que corresponde al verso en español: “El machismo es un juez, que nos juzga al nacer, y es nuestro castigo, la violencia que ya vez”.
- Te recomendamos Mujeres pachuqueñas continúan exigiendo alto a la violencia Política
La líder del Consejo Supremo Hñahñu, señaló que esto nace de la preocupación por la violencia de género que existe en el país, pero sobre todo por la información que existe en las redes sociales con respecto a las manifestaciones de las mexicanas.
“Cuando veo en redes sociales que para mucha gente el tema relevante no son los alrededor de 10 feminicidios diarios en México, cifra que representa un 111% de aumento respecto al 2015, sino monumentos rayados, hombres quejándose de que las leyes no los protegen o una mujer que andaba de fiesta, me resulta alarmante la indiferencia ante un grave problema que nos pone en jaque como sociedad” afirmó.
Así también Anayeli Mejía aseveró que “Vivir con perspectiva de género debe comenzar en el actuar diario de los políticos y gobernantes, al aceptar este problema, dejar de lado el maquillaje de cifras, y alimentar la información del banco nacional y otras bases de datos existentes, puesto que es una obligación estipulada en la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia”.
Finalmente subrayó que es necesario concientizar a la sociedad sobre la lucha de las mujeres por conseguir herramientas que aseguren el acceso a los derechos humanos, para que la equidad entre mujeres y hombres se vuelva costumbre.
Cabe mencionar que durante la manifestación pacífica, no hubieron pintas a monumentos históricos, agresiones a transeúntes o destrozos en la vía pública.