Estruendosa, emperifollada, seductora. La narcocultura recorre minuto a minuto las venas de las redes sociales. Las dosis de videos, fotografías, canciones y comentarios están siendo inyectadas a diario por millones de jóvenes que alimentan una bola de fuego que llama la atención, cautiva. Casi todos pueden verla.
Un elogio a un capo, un agradecimiento al traficante que entregó despensas, una oda al líder criminal que alcanzó fama y riqueza, un reclamo al gobierno por no frenar la reproducción de un estilo de vida que hipnotiza.
Tan solo entre enero y septiembre de este año, 15 millones 23 mil 754 usuarios de redes sociales geolocalizados en México interactuaron con un millón 28 mil 365 mensajes digitales relacionados con la narcocultura.
El 44 por ciento tienen entre 26 y 35 años, el 36 por ciento están en el rango de 18 a 25 años. Ambos grupos, sumados, hacen 80 por ciento. Los mayores de 46 años están mucho menos expuestos a esa avalancha que define nuestros tiempos, apenas representan el 8 por ciento.
Y aunque 62 por ciento de estos internautas rechazan o cuestionan la narcocultura, los oropeles del negocio de las drogas fascinan al 11 por ciento de los usuarios. Un millón 650 mil comentarios aplauden los corridos tumbados, las fotografías de capos patrullando una ciudad, los videos de sicarios practicando tiro al blanco en una vereda del Triángulo Dorado –Sinaloa, Chihuahua, Durango–. La ofrenda floral en homenaje a un traficante caído y las curvilíneas acompañantes de los mafiosos no pueden faltar en la oferta diaria.
El estudio La narcocultura invade las redes sociales, realizado por Dinamic Company, una firma de antropología digital que utiliza herramientas de Inteligencia Artificial (IA) para analizar el comportamiento de los usuarios de Facebook, Instagram, X, YouTube, TikTok y LinkedIn, revela lo anterior y expone las características de uno de los fenómenos sociales más consumidos por los mexicanos.
“En los últimos meses en México, la narcocultura se ha posicionado en las diferentes plataformas digitales: usuarios de redes sociales suben videos a sus cuentas donde aparentan vidas llenas de lujo, usando ropa de marca, en carros de lujo, con armas de fuego y contando fajos de billetes en moneda extranjera, que emulan los hábitos asociados a la cultura del narcotráfico sin pertenecer necesariamente a un grupo delictivo”, señala el informe.
“A Funeraria Gutiérrez le gusta este post. Sicarios del Cártel de Sinaloa facción ‘Mayo’ Zambada patrullando Durango”. El mensaje arrojado en la cuenta de X del Blog del Narco viene acompañado de un video en el que aparecen presuntos capos asesinados. Los reposteos, corazones y comentarios se cuentan por cientos y las reproducciones suman decenas de miles.
Las andanzas de Joaquín El Chapo Guzmán y sus hijos tienen un lugar de trono en las redes sociales. Un usuario escribió: “Así decoraron este día de muertos el ‘Cenotafio’ lugar donde fue ejecutado Édgar Guzmán López hijo del Chapo Guzmán en Culiacán, Sinaloa, su propio padre ordenó ejecutarlo por equivocación, culpa que le achaco a El Macho Prieto”. La foto de la ofrenda floral en la escena del crimen y otra en la que aparece el cuerpo inerte y ensangrentado del Chapito provocan lo mismo: cientos de interacciones y miles de reproducciones.
Las narcomantas y hasta los comunicados de los cárteles de las drogas también circulan profusamente, creando una comunicación directa con las audiencias. Los jóvenes saben más de estos mensajes que de los pronósticos del clima que deambulan en la televisión.
- Te recomendamos Galilea Montijo y Arturo Beltrán Leyva: el presunto ‘romance’ durante el apogeo del Cártel de Sinaloa Policía
La Generación G
Augusto del Río, CEO de Dinamic Company, comenta en entrevista con MILENIO que la generación que creció con la llamada “Guerra contra el narco”, iniciada por el ex presidente Felipe Calderón en 2006, marcó los hábitos de consumo digital de los menores de 35 años.
“Justo es la tesis que planteamos, que la narcocultura está afectando a la población que creció con una guerra, con un problema a la vista, con la violencia en el país. Influyó en la generación que creció en ella, pero también en la generación que hoy está creciendo, el problema se mantiene y entonces la adoptan como parte de sus conversaciones”, plantea el especialista.
Dinamic Company está integrada por un equipo multidisciplinario de psicólogos, comunicólogos, antropólogos y etnógrafos que analizan cada dato y han desarrollado una metodología propia que revela no sólo el número, o lo que la gente está diciendo en redes sociales, sino también el cómo, cuándo y bajo qué contexto expresan emociones y estados de ánimo.
“La narcocultura se caracteriza por un modelo de vida extravagante, un modelo de vida con muchísima superficialidad que, para cierto sector poblacional, si no es que, para la mayoría, les puede representar un estilo de vida atractivo, tener mucho dinero, ir a fiestas, conocer artistas”, señala Del Río.
El CEO de Dinamic Company explica que esa extravagancia que nos ha presumido el narco ha hecho que las audiencias jóvenes hayan crecido con la idea de que la cultura relacionada con el negocio de las drogas es interesante, imitable: aspiracional.
El estudio de antropología digital destaca que, aunque 62 por ciento de los usuarios rechaza o cuestiona la narcocultura, un 22 por ciento de las conversaciones muestran un tono indiferente, neutro, sin carga de valor, lo cual revela la normalización del fenómeno.
La Generación G o Generación de la Guerra ya está acostumbrada a informarse o entretenerse con videos, fotos o comentarios que ensalzan la vida de los capos. Los mexicanos de 35 años tenían 18 en 2006; los que acaban de obtener su credencial de elector aún usaban pañales cuando Calderón declaró su cruzada contra los cárteles.
La Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE 2023) muestra que la preocupación por el tema del narcotráfico afecta a dos de cada 10 mexicanos, pero el dato que llama más la atención es la percepción que tienen los ciudadanos sobre ciertas conductas delictivas.
Hace 10 años, el 40.1 por ciento de los mexicanos presenciaron consumo de drogas en las calles. La experiencia saltó al 50.5 por ciento en 2023. El 23.4 por ciento dijo en 2013 que observó venta de drogas cerca de su domicilio. Para este año esa cifra brincó a 34.9 por ciento.
Una de las críticas que realizan constantemente los jóvenes en redes sociales se refiere a la supuesta “criminalización” de los narcocorridos y otras expresiones relacionadas con la cultura que envuelve al negocio de las drogas. “Les dan miedo los narcocorridos, pero están muy tranquilos con la militarización”, escribió un usuario. Su comentario tuvo 86 mil reposteos.
El informe La narcocultura invade las redes sociales revela el tipo de expresiones que realizan los mexicanos. El 23.4 por ciento dice que es “lamentable”, el 11 por ciento observa “falta de valores”, el 8.2 por ciento comenta “pobre país”, el 5.6 por ciento apunta “qué mal por los niños” y el 4.8 por ciento manifiesta “dejen de escuchar narcocorridos”.
La Generación G no sólo está consumiendo narcocultura, sino que inyecta minuto a minuto contenido digital que alimenta la idealización de los capos y su estilo de vida.
MO