Hace 20 años, en marzo de 2002, en el marco del octavo aniversario de la muerte de su hijo Luis Donaldo Colosio Murrieta, entrevistamos a su padre, el entonces senador Luis Colosio Fernández, abuelo del ahora alcalde de Monterrey, Luis Donaldo Colosio Riojas.
Don Luis, dentro de pocos días se cumplirán ocho años del asesinato de su hijo Luis Donaldo y cada año vemos menos interés de las autoridades por esclarecer los hechos de Lomas Taurinas, Tijuana.
Efectivamente. Los gobiernos anteriores no pasaron más allá de las promesas. Promesas incumplidas porque los dos presidentes –Salinas y Zedillo– estuvieron aquí en Magdalena de Kino. Su promesa fue que se haría justicia a costa de lo que sucediera.
Ocho años, don Luis.
Ocho largos años en los cuales sufrimos decepciones con los gobiernos que nos prometieron todo, el espacio sideral, la luna y las estrellas de que harían lo suficiente por esclarecer el crimen y ya vemos los resultados. Ni siquiera una mención. Principalmente el último gobierno, en el que el presidente Zedillo se dedicó a borrar del mapa político el nombre de Luis Donaldo Colosio.
¿A quién benefició la muerte de su hijo?
Yo creo que pensaban que beneficiarían a algunas personas, directamente beneficiado, pues porque salió nominado Ernesto Zedillo, pero yo sinceramente no me hago un juicio sobre su autoría o que él haya tenido que ver, sino que fue una carambola electoral, pero había otras gentes que deseaban ser los verdaderos beneficiados.
¿Quiénes son esas personas por sus nombres, don Luis?
Sería impropio de mi parte mencionar nombres, ya que estamos solicitando a la Procuraduría General de la República
que reabra el caso nuevamente.
En un sector del pueblo y de los medios de comunicación quedó el nombre del doctor José María Córdoba Montoya, ¿usted qué piensa?
Muy al principio, recién sucedidos los hechos, yo creí que el señor Córdoba Montoya quizá sí tuvo algo que ver, mas no tenía yo una prueba fehaciente.
¿Y qué ha sucedido con todos los que formaban parte de la seguridad de su hijo?
El general Domiro García tuvo un grado más adentro de la escala militar, es el único que tuvo acceso, pero en su tiempo lo señalé como un ascenso inmerecido. Han sido ocho años en que he estado desgañitándome, gritando, pidiendo justicia, pero ya ve usted, no me han hecho caso.
Vicente Fox, durante su campaña presidencial, visitó Magdalena de Kino y ofreció esclarecer los hechos.
¿Fue un compromiso moral?
Fue un compromiso moral. Expresó todos los actos de justicia no aclarados, (que) en su gobierno merecían toda la atención, incluyendo el de Luis Donaldo. Hay antecedentes de que en su campaña prometió que haría justicia.
¿Y el presidente Salinas?
Desde el fin de su mandato no lo he vuelto a ver. Lo vi en el velatorio de la señora Diana Laura (Riojas, madre del alcalde de Monterrey). De ahí en fuera
no he tenido contacto con él.