La reunión pública de información sobre la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) del Tramo 5 Sur del Tren Maya, convocada por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) concluyó sin contratiempos, pero con un mal sabor de boca para los ambientalistas que se oponen al proyecto, al considerar que se trató de una simulación.
Lo anterior porque los representantes de Fonatur aún no cuentan con los estudios completos de las cuevas y cavernas que serán impactadas, además de que solo contemplan tres pasos de fauna aéreos para monos araña, a lo largo de 60 kilómetros, y 30 terrestres.
Mientras que representantes de comunidades situadas en el trazo del tramo cinco sur manifestaron su apoyo al proyecto, mantienen la esperanza de que brindará certeza sobre las tierras que ocupan selva adentro de manera irregular, y generará empleos en beneficio de los habitantes más pobres de Playa del Carmen y Tulum.
La reunión, la cual se prolongó nueve horas, arrancó en punto de las 09:00 horas, con un registro de 351 asistentes en la “Casa ejidal” del ejido Jacinto Pat.
El gerente de Obras de Fonatur, Efraín Olivares Lira, junto con otros representantes de la misma, expusieron el proyecto durante dos horas y media; posteriormente dieron respuesta a 72 preguntas de los asistentes, que fueron integrados al expediente de la MIA, por parte de la Semarnat, como parte del proceso de evaluación de impacto ambiental.
“Un sabor de boca amargo, estamos aquí bajo protesta, porque es una simulación, este proceso no debería estarse llevando a cabo en este momento, porque la Manifestación de Impacto Ambiental debió haber sido por la totalidad del proyecto y no partido en segmentos, esto es como un truco porque no va a reflejar la totalidad del impacto de todo el proyecto."Además, fue presentada a destiempo, no solamente es un trámite, se tienen que realizar una serie de estudios complejos, en un región en específico para saber cuál va a ser el impacto de una infraestructura”, señaló Roberto Rojo, presidente del Círculo Espeleológico del Mayab, en entrevista con MILENIO.
Efraín Olivares Lira destacó que el tramo 5 Sur, el cual va de Playa del Carmen a Tulum, tiene casi 67 kilómetros, con un ancho de 60 km, dijo que solo han identificado cuevas en una extensión de cinco km, donde se realizarán procesos de cimentación profunda mediante “puenteado”, a fin de reducir el daño de las cavernas.
Dijo que se construirán losas pilotadas “que van a salvar los claros de las cavernas y para eso es donde se ha ido moviendo el trazo”.
A pregunta del buzo José Urbina, el ingeniero reconoció que el trazo del tramo cinco sur se cambió de la carretera Tulum-Cancún para no afectar el turismo, ya que se requerían procesos de cimentación más intensos por el que abrirían más frentes de obra, que podrían perjudicar la circulación en esa vía de comunicación.
“Buscar mejores condiciones para la ejecución del proyecto sin generar afectación a la actividad económica que se desarrolla en la zona, se hicieron estudios; la solución que se dio de origen, la construcción de viaducto para mejorar la interconectividad, al hacer la caracterización del suelo, se encontró que la capacidad para el desplante de las estructuras, requería pilotes a gran profundidad, lo que generaba mucho frentes de trabajo, con el impacto a la movilidad”, indicó.
Adicionalmente, indicó que la superficie del trazo es cercana a las 560 hectáreas de derecho de vía, el 90 por ciento, corresponde a terrenos en vegetación forestal, por lo que se están preparando –también de manera tardía–, los estudios técnicos, justificativos para hacer el cambio de uso de suelo en un total de 470 hectáreas, de las cuales, 300 hectáreas ya fueron devastadas.
Finalmente, durante la sesión de ponencias, Minerva Resendiz Cuevas, de la organización Campesinos unidos, que representa a 56 comunidades asentadas en terrenos nacionales, dijo: “nosotros estamos a favor de todo lo que signifique comida y trabajo”.
Destacó que esas comunidades han estado siendo despojadas por intereses inmobiliarios, por falta de títulos de propiedad, que la Sedatu se niega a otorgarles.
“No nos titulamos, porque los terrenos los están vendiendo en millones, hoy a los extranjeros les venden 300 metros en un millón de pesos, nosotros no tenemos esas cantidades de dinero para pagarla, nos quieren vender una hectárea en dos millones. Cada vez que las autoridades necesitaban votos, llevaron una franja de personas, a asentarlas en lotes pequeños y de esa forma, nacieron los asentamientos, la gente no llegó por sí sola, las autoridades priistas la llevaron y crearon colonias por votos, allá los dejan y se olvidan de ellos”, indicó.
JLMR