Se van a cumplir dos años de que a un grupo aproximado de cien adultos mayores les dijeran que sería su último día de trabajo como empacadores, esto debido a la pandemia y, aunque algunos tienen “suerte” de contar una pensión, no es suficiente para cubrir gastos personales, sus rentas, otros más los pagos de sus casas y medicamentos para el control de sus enfermedades o prevención de las mismas.
A pesar de que en algunas tiendas de autoservicio han vuelto a recontratar al personal, hay dos tiendas Aurrerá, una que se ubica en Plaza Universidad y la otra en Pachuquilla aún no les dan acceso para que regresen como empacadores o mejor conocidos como “cerillitos”, situación que mantiene preocupados a mujeres y hombres que habían hallado en este trabajo una solución para ser productivos y tener una vejez más digna, señaló Ricardo Arturo Díaz Olivares, quien se ha convertido en el vocero de este grupo.
“Yo estoy a punto de perder mi casa porque no me alcanza para pagarla, ya que, a pesar de que tengo una pensión y los pagos del banco del Bienestar, cada dos meses, no me alcanza para cubrir con esa responsabilidad y además, mis gastos personales y medicamentos, por lo que no pedimos dinero regalado, solo que nos dejen volver a trabajar como empacadores.
“Estamos entusiastas porque la Secretaría de Desarrollo Económico nombró a una persona para que pudiera entablar pláticas con las gerencias de ambas tiendas, así como con el personal de recursos humanos para saber el por qué no nos quieren contratar”, expone.
Indicó que esta promesa de acompañamiento por parte de la dependencia, les da un respiro, pero no será profundo hasta que no tengan una solución, ya que casi son cien las y los adultos mayores que podían tener mejor calidad de vida obteniendo estos recursos extras por empacar las compras de los usuarios de ambas tiendas, “pero nos sentimos olvidados, todos se están reactivando, menos nosotros”, explicó.
Finalmente, señaló que no tienen fuerza ni entusiasmo para volverse a manifestar, ya que prefieren estar buscando otros trabajos alternos o ayuda para tener estos recursos extras, “pero difícilmente alguien nos contrata por la edad, una situación que también pesa mucho y esperemos que pronto cambie esta situación para nosotros”, concluyó.