Con casas de campaña y colchonetas, y la comida al límite de sus posibilidades, el Albergue Senda de Vida en la frontera de Reynosa, que tiene una capacidad para 150 personas, hoy atiende a cerca de 400, por lo que se observa a las afueras del recinto una advertencia de saturación.
De la totalidad de los albergados 60 están en espera de ser llamados por Estados Unidos para su asilo humanitario, y el resto se dividen entre decenas que han sido recientemente deportados y otros más que acaban de llegar a Tamaulipas y se encuentran reuniendo sus papeles que avalen su legalidad en México.
Migrantes de Cuba, Venezuela, Honduras, Guatemala, El Salvador y sur de México, son los que hoy en día se encuentran en Reynosa.
JACM