De generación en generación, en la familia Solano decidieron mantener viva la tradición de los pajaritos de la suerte, que tiene en Monterrey, según Enrique III, el mayor arraigo dentro de las ciudades del país.
Enrique, de 30 años, y con los últimos 10 en este trabajo, relató a MILENIO que fue su abuelo, don Enrique Solano Guajardo, nacido en la Ciudad de México, quien se adentró primero en esta labor de leer la suerte a las personas a través de lo que deciden los canarios.
Para esta temporada, en la Plaza México, en la que están presentes cada mes de septiembre desde hace 24 años esta ocasión son los pajaritos Carlitos, Paquito y José Luis los encargados de seleccionar el papelito con la suerte que se avecina, siendo el amor lo que más aparece dentro de los textos.
A la fecha, asegura Enrique Solano, nadie le ha reclamado la suerte que se le avecina.
“En 10 años jamás ha habido un reclamo, al contrario, vienen y me dan las gracias porque les va bien”, afirmó.
Dentro de este lapso, mencionó, solo dos pajaritos han salido de su jaula, y en vez de seleccionar el papelito correspondiente por los diez pesos pagados, alzaron el vuelo y tomaron rumbo propio.
“En 10 años se me han ido unos dos que han salido rebeldes, y se van… buscando su suerte”, precisó.
Aunque algunos activistas lo han cuestionado sobre el uso de los animales, hasta ahora les ha demostrado que los tiene bien cuidados.
“El pajarito está entrenado, hay mucha gente que echa mentiras, que dice que tienen balines y todo eso, pero no, cualquier animal se educa con comida, y mi papá es el que entrenó a éstos.
“A éstos los cuidamos como si fueran nuestros hijos”, puntualizó.
En Monterrey, recuerda, fue su papá el primero en formar parte de las actividades del mes de septiembre que ofrece la Plaza México desde su origen, y desde esa primera ocasión hasta el día de hoy, sin cobrarles nada por realizar su trabajo dentro de las instalaciones de la plaza.
“La plaza no nos cobra ni un peso, estamos agradecidos con la plaza, que desde que inició nos ha abierto las puertas, hace como 24 años ya, y cada año aquí estamos para mantener esta tradición”, compartió.
En este lugar, dijo, estará hasta el próximo 3 de octubre, y posterior a ello, y al no haber ferias activas, seguirá laborando en el centro de la ciudad o se irá a San Luis Potosí a continuar con su trabajo, y con la misión familiar de que se mantenga viva la tradición mexicana de los pajaritos de la suerte.