Todo parecía repetirse en el Palacio Legislativo de San Lázaro, ciertamente con algunos matices, donde una vez más la reforma en materia educativa era cuestionada por el PAN, cuyos legisladores abandonaban el salón en el que una mayoría aprobaba el dictamen respectivo, mientras que una priista, Cynthia Iliana López Castro, congruente con su postura anterior, se unía a los blanquiazules. El resto de sus camaradas, como en sesiones anteriores, darían su aval tanto en comisiones como ante el pleno; los panistas, por su lado, pondrían en tela de juicio los cambios constitucionales, mientras sostenían dos amplias fotografías: la del presidente Andrés Manuel López Obrador junto a la sonriente figura de Elba Esther Gordillo.
Las prisas eran evidentes. Así lo percibió la única priista que se aliaba a los panistas, encabezados por el coordinador de esa bancada, Juan Carlos Romero Hicks, quien calificaría de “inadmisibles e inexcusables” lo que veían como irregularidades en la convocatoria suscrita por las presidentas de las comisiones, ambas de Morena. Y era ahí, en las comisiones Unidas de Educación, presidida por Adela Piña Bernal, y de Puntos Constitucionales, Miroslava Carrillo Martínez, donde se aprobaba por 51 votos el proyecto de decreto de reforma a los artículos 3°, 31 y 73 de la Constitución Política, devuelto por el Senado de la República.
Y es que, recordó Piña Bernal, el pasado 30 de abril el Senado aprobó la minuta en lo general y por mayoría calificada, pero los artículos reservados no alcanzaron la mismo rango, por lo que se devolvió a la cámara de origen, donde se reiteraba lo aprobado el pasado 24 de abril.
En su intervención, durante el análisis del dictamen, la priista López Castro lamentó que no se cuidaran las formas y se sumó "al posicionamiento del Partido Acción Nacional, en defender la legalidad de la convocatoria", pues "no se cumplió con el acuerdo en la Junta Directiva". Primero habló en plural y luego aterrizó: "Vengo a esta reunión no porque sea legal, estoy aquí porque quiero dejar evidencia que todo se quiere pasar en lo oscurito, todo se quiere pasar rápido, todo se quiere pasar sin leer".
La legisladora López Castro, única priista que se ha envuelto en la reforma educativa peñanietista, y que el presidente López Obrador y morenistas denominan "la mal llamada reforma educativa", retó: "Yo invito a que se pregunte a los diputados de mayoría, si saben cómo quedó la minuta actual". Y convocó a los presentes: "no nos queramos saltar las trancas nada más por pasarlo rápido".
En los pasillos del Palacio Legislativo de San Lázaro, como siempre, se repetía una frase ya trillada cuando se prevé que una iniciativa será aprobada por la mayoría: "todo está planchado; sólo es cuestión de trámite".
Y en el salón donde afinaba el dictamen, mientras tanto, el resto de los legisladores emitía su anuencia con algunas acotaciones o un enunciado para que no quedaran dudas de su convicción, como el morenista Javier Hidalgo: "¡Por los niños y jóvenes de México, muy a favor!".
La voz de una legisladora, integrante de las comisiones dictaminadoras, hacía eco en el pequeño recinto: "Que nadie se vaya hasta que firmen el dictamen". Y al calce, las rúbricas de los 51 diputados y diputadas.
Más tarde, en la tribuna del pleno, desfilaban diputados de los diversos partidos para emitir su opinión, como los del Movimiento Ciudadano, que blandieron pancartas: "Rectoría del Estado", "Educación por la Vida", "Presupuestos Plurinominales", "Educación con carácter regional".
Después, Alfredo Femat, del Partido del Trabajo, apostó por "resolver lo heredado del pasado", pues, añadió, "debemos cerrar el círculo perverso de la mal llamada reforma educativa". Y daba su voto, "convencido de que toda reforma es perfectible".
La priista Ana Lilia Herrera señaló que los derechos de los niños "no son negociables". Y mientras ella hablaba, sus compañeros sostenían pequeñas pancartas con algunos letreros. “Seguiremos dando la batalla con los muchos pendientes”, añadió Herrera.
En su turno, Fernando Macías, del PAN, aseguró que con esta reforma el presidente López Obrador "blinda a la CNTE" y "es un regalo a Elba Esther Gordillo". Esto lo decía mientras sus compañeros sostenían dos fotos grandes con las figuras de la ex lideresa del magisterio y la del Jefe del Ejecutivo.
Flora Tania Cruz, de Morena, pidió "aprender de los errores del pasado" y envió una felicitación al secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma Barragán, por ofrecer "un diálogo abierto".
Su compañera Adela Piña saludó a los maestros y dijo: "por fin se le hace justicia al magisterio nacional: nunca más una evaluación punitiva”.
Ahora el balón está en el número 135 de Paseo de la Reforma, colonia Tabacalera, donde prometen ya no devolverlo a San Lázaro.