En el primer Informe de la jefa de Gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, la oposición partidista hizo su trabajo, el de cuestionar, mientras que la mayoría morenista refutó y echó en cara la amnesia de quienes han gobernado y ahora arremetían contra la mandataria capitalina, quien destacaría sus programas y el combate a la corrupción durante su primer año de mandato.
En la capital no se gobierna con simulaciones, dijo ante el pleno de un sobrio Congreso capitalino, que en años pasados fue escenario de aparatosos despliegues con desfiles de invitados. Afuera, en cambio, varios simpatizantes se aglomeraban y coreaban frases de apoyo, para más tarde caminar a la par de Sheinbaum con dirección al ayuntamiento.
Temprano llegaron militantes de Morena, la mayoría de Miguel Hidalgo, con Víctor Hugo Romo a la cabeza, y huestes de Clara Brugada, alcaldesa de Iztapalapa, dos de los 16 mandatarios regionales que asistían al domicilio del Congreso de CdMx.
En ese mismo lugar, entre las calles de Donceles y Allende, entre una competencia de vítores, circularon el gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo Maza, el senador Martí Batres y Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Gobierno, entre otros, como el diputado Mario Delgado, coordinador morenista en la Cámara de Diputados.
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La jefa de Gobierno llegó temprano, en medio de aplausos, e ingresó al edificio que alberga a legisladores, e inició la intervención de representantes partidistas, primero con Fernando Aboitiz, de Encuentro Social. “Usted ha sido relevante en los cambios”, piropeó.
La representante del Partido Verde Ecologista de México, Teresa Ramos Arreola, habló se refirió a la lucha contra la corrupción emprendida por la jefa de Gobierno.
Ciudad de México es la cuna de los principales cambios, añadió Ramos Arreola, quien elogió a los integrantes del gabinete de Sheinbaum, empezando por Rosa Icela Rodríguez.
“Si le va bien a la ciudad, nos va bien a todos; seremos críticos, pero propositivos”, remachó Ramos Arreola, mientras que el priista Guillermo Lerdo de Tejada Servitje, sin preámbulo, afirmó que la capital está en crisis y enseguida criticó el modelo paternalista del gobierno.
Ha crecido “el homicidio y el robo a negocio”, añadió el priista. “En economía, el panorama tampoco es alentador”, siguió.
El diputado Jorge Gaviño Ambriz, del PRD, más analítico y moderado, aseguró que en esta administración hubo aumento de homicidios dolosos y propuso más inteligencia policiaca para combatir el crimen.
El panista Christian von Roehrich mostró su descontento con el primer año de gobierno capitalino. “Tenemos más delitos y menos detenidos”, dijo y ofreció luchar contra la violencia de género. “Que se escuche claro y fuerte: Acción Nacional combatirá todo tipo de abuso de poder”.
El morenista Ricardo Ruiz Suárez, a quien le llovieron aplausos, dijo que el cambio no tiene reversa, y reviró: “De pronto descubren que hay problemas en la ciudad”. Y citó al presidente López Obrador: “Dejemos a un lado la hipocresía neoliberal”.
Pero fue la jefa de Gobierno quien respondió en un resumen de su Informe y reveló que será implacable contra la corrupción, pues, para empezar, “se acabaron los moches”, y ejemplificó con la cancelación de “innecesarios” contratos de mantenimiento.
Y continuó: se redujo el predial y el cobro de agua. “La gente paga sus impuestos cuando sabe que no hay corrupción. No se usará la fuerza pública para reprimir al pueblo. Ya no vamos a permitir anuncios espectaculares porque representan un peligro.
“Cuando en feminicidio se catalogaba como suicidio, muchos se quedaron callados; cuando se hablaba de viejerío”, pasó lo mismo, recordó Sheinbaum. Y Von Roehrich y Gaviño comenzaron a mirar sus teléfonos celulares.
Terminó la sesión, a eso del mediodía, vinieron los aplausos de una mayoría morenista, entre legisladores, alcaldes y funcionarios. “¡Abrazo, Claudia!”, se escuchó una voz femenina.
Y vinieron más aplausos.