Actualmente ya no todos los comerciantes se quejan de las extorsiones que reciben de las bandas criminales que se establecen en el país para poder seguir trabajando. Es más, la Anpec teme que se esté generando un tipo de síndrome de Estocolmo entre los agremiados, que vean “lados positivos” e incluso se sientan “protegidos” por parte de estas bandas que les exigen dinero.
“Nos preocupa que se normalice y se vuelva una constante y como esto está por debajo de la alfombra y lo difícil que está, pues no se la juegan (...) hemos visto que la gente termina diciendo ‘no va a pasar nada y si les pagamos nos los quitamos de encima’”, afirmó Cuauhtémoc Rivera, presidente de la Anpec (Asociación Nacional de Pequeños Comerciantes), a MILENIO.
Rivera afirma que si antes 10 comerciantes se quejaban de las extorsiones, ahora esto ha cambiado y de esa decena, solo siete afirman ser extorsionados.
Este fenómeno se ha detectado en 17 estados, principalmente en Baja California Sur, Sinaloa y Guerrero, pero también en la Ciudad de México se encuentra en zonas como Iztapalapa.
El líder de la Anpec afirma que estos extorsionadores tienen un modus operandi en el que, primero, se hacen pasar por personas amigables que les darán protección.
“Tienen pleno dominio de tu vida, que cuando llegan contigo te lo plantean suavecito y no como una extorsión, si no como un seguro de protección (...) hasta lo irremediable; ellos piensan que no hay un cambio en su entorno y para que me arriesgo, se van a lo del sentido común", afirmó Rivera.
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MILENIO habló con un comerciante de una de las zonas en la Ciudad de México donde la Anpec ha visto este tipo de prácticas. Entrevistado, señaló que la inseguridad ha disminuido debido a las bandas establecidas en el vecindario y aunque afirmó que a él no lo han extorsionado, dijo que algunos tianguistas sí pagan derecho de piso para estar tranquilos.
“De alguna manera se ha detenido (la violencia), quizá porque las bandas que están aquí no han llegado a extorsionar y esperamos que así sigamos; y pues sí, ha habido testimonios de que han sufrido asaltos en muchos negocios” añadió el comerciante, quien pidió no revelar su identidad por temas de seguridad.
Explicó que 50 por ciento de su presupuesto se va en gastos formales que su tienda necesita y no podría pagar ese tipo de “servicios” que, según la Anpec, significa 20 por ciento de los ingresos de los comercios.
“Yo, pagar una protección como tal, no, ni me han ofrecido, ni lo he buscado (...) no lo pagaría, una vez que uno acepta este tipo de extorsiones ya es un cáncer”, enfatiza.
Además, entre los mismos vecinos han tenido que adaptar sistemas de seguridad para que no entren otras bandas que quieran extorsionarlos.
“Últimamente ha bajado un poco, pero se pone un tianguis y a ellos sí les piden derecho de piso”, expresó.