Luis Vera, titular de la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA), reconoció que “hubo una gran presión” para que el resolutivo de la Manifestación de Impacto Ambiental referente a la construcción de la refinería en Dos Bocas, Tabasco, se diera en el menor tiempo posible; a dos días de emitir tal resolutivo, aseguró a MILENIO que se siguió estrictamente la legislación ambiental.
¿Cómo se llega a autorizar el impacto ambiental para Dos Bocas en tiempo récord?
Seguimos estrictamente lo que establece la ley; ¿por qué es aprobatoria?, porque Pemex ha atendido con información necesaria en términos ambientales para realizar una evaluación completa y correcta, si se cumplen con las condicionantes, el proyecto es viable.
Tuvimos 50 comentarios en el procedimiento; conociendo el reto y sabiendo que este es un caso politizado y muy importante para las comunidades y organizaciones, me di a la tarea de recuperar todos aquellos documentos serios de crítica y le pedí a mis evaluadores que los pudiéramos incluir.
¿Se sintió presionado por Presidencia, por la Secretaría de Energía o Pemex para autorizar este impacto ambiental?
No realmente, lo que hay que decir es que el instrumento está diseñado desde siempre para prácticamente dar una autorización condicionada, los únicos tres causales de negativa son que violen la ley, que te mientan o que pongas a una especie en peligro de extinción; entonces, ninguna de las tres se dio, es decir, el impacto ambiental es un procedimiento de toma de decisiones.
Por su puesto -lo saben-, había una gran presión de que esto saliera rápido, pero todas las veces que nos preguntaron si ya había permiso, dijimos no, el permiso es este, lo estamos dando ahora.
No fue en tiempo récord, porque este asunto lo conocimos desde el 3 de diciembre y desde entonces empezamos a trabajar con INECC, con Conanp, para que nos dieran la información que tenían sobre el predio, sobre las afectaciones ambientales del desmonte; cuando llegó a evaluación en junio, ya estaba más que conocido. Lo que sí hicimos fue respetar cien por ciento los plazos de participación ciudadana.
-Desde 2008, el propio Instituto Mexicano del Petróleo alertó de riesgo en Dos Bocas...
Sí, sí lo tomamos en cuenta. Por diseño, el impacto ambiental que hay en México es un procedimiento que tenemos que seguir y evaluar el proyecto que nos es sometido, no uno alternativo.
Por supuesto vimos el documento, le pedimos información a Pemex sobre todo lo que tiene que ver sobre la cuestión hídrica, hidrológica, para poder establecer condicionantes específicas, como prohibir el cambio de los flujos, que cualquier problema de inundación no afecte a los vecinos, que esté hecho de tal manera sin riesgo para las comunidades y el medio ambiente.
¿Mover a la flora y fauna es suficiente?
El problema es que este predio ya había sido afectado por una persona moral anteriormente, mucha de la afectación ya se había ocasionado y estos actos están referidos en la sanción anterior. Siguiendo las recomendaciones del INECC y de Conanp, establecimos las condicionantes para asegurar que mantuvieran el manglar, que haya reforestación, un programa de reubicación de la fauna.
A los expertos les preocupa que con esta resolución, están minimizando este instrumento, la Evaluación de Impacto Ambiental.
El caso es sui generis por la forma en que se dio, yo creo que el instrumento sí necesita una mejora, pero un ejercicio correcto de las atribuciones de las autoridades permiten extender lo más posible el alcance.
Aseguré, sobre todo, que la información estuviera abierta, a pesar de que Pemex había testado información originalmente, nosotros obligamos a que hubiera esta apertura de información. Tomé la opinión de todos, incluyendo de CEMDA, de Greenpeace, que me hubiera encantado que hubieran participado en la reunión pública.
Fuimos sensibles a los requerimientos de la comunidad de Paraíso, cuando establecemos medidas de compensación queremos que esa comunidad y esa región estén tranquilos y se vean beneficiados, pensamos que lo logramos.
RLO