El costo que un estudiante paga por un ‘descuido’ en su proceso de titulación, es aún mayor dentro de la política. El plagio ha puesto en la mira a legisladores, magistrados e incluso presidentes; su credibilidad fue cuestionada, la validación de su título también y, en algunos casos, cayeron sus aspiraciones.
“Sí, la pendejié”, dijo Xóchitl Gálvez ante los señalamientos en su contra por presuntamente cometer plagio en el trabajo que la acredita como Licenciada en Ingeniería en Computación. En 2010, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) le otorgó el título profesional que hoy en día, trece años después, podría ser invalidado.
La virtual candidata del Frente Opositor optó por “la experiencia profesional” como método de titulación. Para ello, según lo expuesto, presentó y defendió tres casos prácticos que avalaran sus conocimientos como ingeniera: “No es una tesis, es un reporte”, aclaró en un video de X.
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La Máxima Casa de Estudios acató las exigencias que estallaron tras la revelación del supuesto plagio. Por instrucciones del rector Enrique Graue Wiechers, el Comité de Ética y el Consejo Técnico deberán determinar si Gálvez Ruiz plagió en su trabajo.
La legisladora con licencia reconoció que transcribió información del Gobierno Federal sin precisar el origen de ésta. Y pese a especificar que el porcentaje de texto supuestamente plagiado correspondería al 2% o 3% del trabajo final, aseguró que respetará la resolución que emita la Universidad — incluso si ésta implica la cancelación de su título de licenciatura.
“Acataré la decisión y volveré a presentar un nuevo trabajo para titularme”, aseguró.
La controversia de la blanquiazul evocó aquella que tambaleó a la ministra Yasmín Esquivel a finales del 2022, cuando figuraba como candidata a la Presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). Cuestionada por esa referencia, Xóchitl negó que su caso tenga comparación con el de Esquivel.
“Yo me titulé con tres casos específicos de experiencia profesional. No es una tesis, es un informe de trabajo”, insistió.
Yasmín Esquivel, la acusación que la habría alejado de la presidencia de la SCJN
Pocos días antes de la navidad del 2022, Yasmín Esquivel Mossa fue acusada de haber cometido plagio en su tesis para el grado de Licenciada en Derecho, cursada en la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón de la UNAM.
Según los señalamientos, la entonces aspirante a presidir la Suprema Corte recuperó extractos de una tesis similar aprobada un año antes — y del autor Edgar Ulises Báez — para el trabajo que presentó en 1987. Meses después, el Comité de Integridad Académica y Científica terminó por catalogar al trabajo de Yasmín como “una copia sustancial”.
La decisión se informó el 11 de enero del 2023 nueve días después que Alejandro Zaldívar relevara el mando de la SCJN a Norma Piña Hernández. En esa elección, cabe señalar, Yasmín Esquivel anhelaba ser la primera Ministra Presidenta de México pero quedó eliminada en la ronda inicial de votaciones.
Desde entonces la ministra y el Comité de Ética de la UNAM sostuvieron un vaivén de resoluciones. Y no fue hasta el 8 de junio del 2023 que una jueza validó la originalidad del trabajo de Yasmín Esquivel. Y con ello, y la negativa de Edgar Ulises de impugnar la resolución, el caso se dio por cerrado.
El único juicio que aún sigue en pie, declararon los abogados de la ministra, es aquel contra Báez Gutiérrez por el supuesto uso de derechos de autor en perjuicio de Yasmín Esquivel. La Máxima Casa de Estudios dijo desconocer del nuevo proceso.
El plagio de Peña Nieto
A mediados del 2016 el ex presidente Enrique Peña Nieto (EPN) se enfrentaba a una oposición que intentaba frenar la reforma educativa, cuando una revelación tambaleó su popularidad ya deteriorada: el plagio del 30% de su tesis de licenciatura.
Un reportaje identificó decenas de extractos en los que el militante del Revolucionario Institucional (PRI) robó contenido de obras de, por lo menos, una decena de autores, como Diego Valadés, Enrique Krauze y hasta de su antecesor, Miguel de la Madrid Hurtado.
Peña Nieto respondió días después y en un encuentro con jóvenes insinuó la posibilidad de haber “mal citado” en su trabajo de título El Presidencialismo Mexicano y Álvaro Obregón, destacando destacar que en aquella época, 1991, las computadoras aún no estaban a disposición. Pese a ello, el entonces presidente defendió la autoría del trabajo:
“Tengo muy presente los estudios que realicé, cómo investigué y lo que formulé en mi tesis. Nadie puede decir que plagié mi tesis. (...) Que pude haber mal citado o bien citado alguno de los autores, es probable que sí. (...) Pero no con el ánimo de hacer mías las ideas de los demás”, atajó.
ALS