Las legisladoras perredistas Elizabeth Pérez y Olga Luz Espinosa presentaron una iniciativa de reformas al Código Penal Federal para duplicar las penas de cárcel a quien lesione a otra persona mediante el uso de sustancias corrosivas, tóxicas o irritantes.
La legislación vigente establece sanciones desde un mínimo de tres meses hasta un máximo de 10 años de prisión por el delito de lesiones, por lo que las diputadas del PRD plantean aumentarlas al doble cuando el agresor utilice ácidos.
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El proyecto turnado a la Comisión de Justicia para su dictamen prevé que, si las lesiones fueran inferidas con sustancias corrosivas, tóxicas e irritantes, la pena aumentará hasta el doble de la que corresponda por lesión calificada.
Si el delito se comete contra una persona con discapacidad, la sanción aumentará en dos tercios de la pena con la que se castigue la lesión calificada y, en cualquier caso, los responsables no podrán ser beneficiados con medidas como la sustitución y conmutación de sanciones, libertad preparatoria o anticipada.
De acuerdo con la Fundación Carmen Sánchez, durante las dos últimas décadas se registraron 28 víctimas por violencia contra las mujeres bajo esta modalidad, pero sólo 22 han logrado sobrevivir.
Las entidades con mayor número de esos crímenes son la Ciudad de México, Puebla y Estado de México.
Según el reporte, en 85 por ciento de los casos el autor intelectual fue un hombre: cinco de ellos eran parejas y 11 ex parejas sentimentales de las víctimas; en nueve de cada 10 casos, el ataque fue dirigido al rostro; la mayoría de los crímenes se cometieron en la calle, pero cuatro de ellos en la casa o puerta de entrada.
Asimismo, en 96 por ciento de los casos no ha habido sentencia y sólo cuatro agresores ya fueron vinculados a proceso: tres por feminicidio en grado de tentativa y uno por violencia familiar.
Ante este escenario, las diputadas Pérez y Espinosa remarcaron que es indispensable legislar en la materia, así como visibilizar esos ataques como violencia feminicida relacionada con estereotipos de control, poder y subordinación, que son parte de la saña con la que se cometen las lesiones.
LP