Tras el regreso a las aulas, Sandra Meza, especialista en neuropsicología y catedrática de la Universidad de Monterrey(UDEM), destacó que debido a la pandemia se tuvo una adaptación más fácil al encierro que al regreso a lo presencial. Por lo que ahora el reto para este nuevo ciclo escolar incluye a maestros, padres de familia, niñas y niños, y a los profesionales de la salud mental.
“Lo hemos visto en varios ámbitos, ha costado muchísimo el regreso a lo presencial, por estos síntomas que acompañan a la enfermedad mental, las fobias, los trastornos de ansiedad, nos adaptamos mucho más fácil al encierro que al regreso.
“Flexibilidad cognitiva creo que es el ingrediente primordial en la adaptación, aquel que se adapta más fácilmente es aquel que es más flexible en sus pensamientos”, precisó.
De acuerdo con la profesora de la escuela de Psicología de la UDEM, en estos dos años y medio con presencia de covid en la entidad se elevó de manera considerable las atenciones por salud mental. Sobre todo, expresó, por el alto consumo en los niños de videojuegos y redes sociales.
“Definitivamente es un gran reto, para maestros, para padres y para los mismos niños. Nos ha tocado como profesionales de la salud atender a una cantidad enorme de familias que traen problemáticas asociadas a la salud mental.
“Desde las interacciones sociales, han sido dos años y medio en que los niños no han desarrollado esas estrategias de interacción, y ha estado muy limitado a las plataformas de videojuegos y redes sociales, que no se parecen nada a la vida real”, comentó.
Mientras que entre los efectos negativos más evidentes, además del incremento en los trastornos mentales, con más niños ansiosos, más niños con síntomas de depresión y más niños con adicciones a los dispositivos.
En tanto que otra cosa que han observado es un sobrediagnóstico de los trastornos del neurodesarrollo, en especial los relacionados con la capacidad de atención, por lo que a nivel cognitivo, la capacidad de concentración es lo que está más en crisis y lo que se valora más.
“Como efecto negativo de la pandemia, el hecho de tener esta sobreexposición a dispositivos, a videojuegos, donde la gratificación es inmediata, es muy difícil que luego el niño desarrolle estas habilidades para mantenerse concentrados.