Concluyó 2021 y las presas de Nuevo León mantienen una clara tendencia a la baja en su nivel de almacenamiento, por lo que 2022 se anticipa como un año complicado en el abasto de agua.
En el año recién concluido llegó a su fin el gobierno de Jaime Rodríguez Calderón, quien echó abajo la propuesta de Monterrey VI, que preveía levantar un acueducto que trajera agua desde el río Pánuco al área metropolitana de Monterrey.
Sin embargo, diversos empresarios y voces políticas se opusieron a este proyecto, pero también dejando sin un propuesta que dé viabilidad hídrica a la metrópoli.
Por ello, a lo largo de 2021 la entidad estuvo a expensas de que ocurriera algún huracán o fenómeno meteorológico de gran importancia para poder llenar las presas, lo cual no ocurrió. Ahora deberán de pasar al menos cinco meses o seis, para que la temporada de lluvias regrese al estado.
Mientras tanto se construye la presa Libertad, que tampoco se prevé en el corto plazo como la solución a la falta de agua.
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La tendencia fue oponerse al proyecto impulsado por el entonces gobernador Rodrigo Medina de la Cruz, sin proponer alternativas.
En plena crisis de agua en el 2021, la plataforma MILENIO-Multimedios entrevistó a Humberto Armenta González, presidente del Consejo de Administración de Recsa, quien aseguró que Monterrey VI se convirtió en una bandera política rentable, en su momento, para Rodríguez Calderón.
“Yo creo que fue más (factor) político. La percepción del acueducto de corrupción, tanto del consorcio o algunos integrantes del consorcio, como del gobierno saliente del gobernador (Rodrigo) Medina, hicieron propicio que se convirtiera en una bandera rentable políticamente hablando para el entonces candidato El Bronco”, señaló Armenta González en esa ocasión.