El cierre de fronteras y la suspensión de actividades turísticas en hoteles y restaurantes por la emergencia sanitaria por coronavirus, crearon “la tormenta perfecta” para miles de productores y pescadores, ya que no solo enfrentan pérdidas económicas millonarias, ahora tienen una saturación de alimentos marinos congelados a la espera de que se reabran los mercados nacionales e internacionales.
Aseguran que están atravesando una crisis económica “irreal”, pues además de tener que pagar la nómina de sus empleados y los impuestos que sus negocios conllevan, tienen “gastos extras” como solventar la renta de un espacio para congelar los productos procesados que se encuentran varados y; alimentar, cuidar y mantener a las especies que se comercializan vivas.
De acuerdo con Citlali Gómez-Lepe, presidenta del Consejo Mexicano de Promoción de los Productos Pesqueros y Acuícolas (Comepesca), a nivel nacional se perdió el 50 por ciento de las ventas y la otra mitad que se mantuvo bajó su precio, sin embargo, “no ayuda que el dólar esté subiendo tanto porque todo lo que es acuacultura de pescado depende de los insumos importados”.
“Los proveedores de alimentos no se tentaron el corazón y a la semana ya estaban subiendo los precios, el costo de producción se eleva y el producto se baja el precio. Nosotros tenemos dos puntos de venta altos: cuaresma y navidad, pero la cuaresma se colapsó y mucha gente tiene todavía mucho producto tanto congelado como en los estanques, se tuvo que bajar la pesca. Está muy difícil, porque de aquí a que abran los restaurantes y a que la gente tenga dinero va a pasar tiempo, la economía esta parada, esto es la tormenta perfecta para nosotros”, dijo.
En ese sentido, resaltó que la maquila de producto de escama, que consta de corte, deshuese, limpia, empaque y conservación, tiene un costo de 12 pesos por kilo; mientras que la maquila para el pulpo, que incluye empaque y congelación tiene un precio de entre 8 y 10 pesos.
“Después de un mes de almacenamiento para ambos productos ya es un costo por kilo entre 1.5 y 2 pesos. Los productos tienen un año para que se puedan exportar, tarde o temprano se tendrá que abrir el mercado español y el chino, pero mientras todo está parado, los productores siguen perdiendo porque mantener el producto tiene un costo”, externó.
Minerva Pérez Castro, directora de la firma productora “Atenea del Mar”, ubicada en Ensenada, Baja Califonia, es una de los miles de afectados. Afirma que la crisis para su empresa que se dedicada principalmente a la venta de almeja generosa, comenzó desde enero, cuando China, su comprador al 90 por ciento, tomó el cierre de fronteras como una de sus medidas para reducir la propagación del covid-19.
De ahí, explica, intento mantener sus ventas con Estados Unidos y dentro del territorio nacional “pero el mercado se fue cerrando poco a poco hasta que nos dejó con el producto listo pero prácticamente con las manos amarradas”.
“Yo me quede con 20 toneladas en tanque que no pude mover. A finales de marzo comenzó a haber un poco de movimiento, aún así, de las 20 toneladas que me quede de producto vivo, perdí el 50 por ciento, fue una merma total, porque son productos que se murieron por el tiempo que ya llevaban ahí o que las tuve que procesar, lo que significa que se pierde su valor. Un producto que se vende vivo alcanza una calidad premium”, destacó.
El negocio de Pérez Castro registró una pérdida económica de más de 90 mil dólares, únicamente en inventario, lo que se suma también a las decenas de cartas y documentos que recibió del sector restaurantero, donde le explicaban que ante el cierre de las sucursales, les sería imposible pagar por ahora los productos solicitados.
Por ello, y para evitar un declive mayor, la productora tuvo que rematar sus productos al 50 por ciento y así evitar el cierre de su empresa o algún recorte en su personal.
“Tuve que rematar el inventario que tenía a 50 por ciento de su valor y de lo que yo había pagado por producirlo, así es como estamos empezando a entrar de nuevo al mercado chino. Yo entiendo a los restauranteros porque ellos viven de las ventas del día y empezaron a mandarnos cartas explicando que como habían tenido que cerrar sus negocios, no me iban a poder pagar y pidiendo que los espere hasta que reabran su mercado, entonces nos quedamos con cartera vencida, sin mercado internacional”, externó.
Consideró que el covid-19 es un fenómeno desconocido que durante los últimos meses ha creado incertidumbre en el sector de la pesca y la acuacultura, por ello, pidió a los gobierno estatal y federal su apoyo para prorrogar el pago de impuestos y no quedarse con las manos vacías.
“Lo que necesitamos es apoyo gubernamental, no es posible que estemos los productores todos poniendo nuestro granito de arena y que no recibamos nada, no se pide una condonación de impuestos, no se pide que nos regalen nada, solo que nos den una prorroga, no es posible que ahorita esté preocupada y que tenga que escoger entre pagar la nómina o pagar mis impuestos, eso nos tiene agobiados”, resaltó.
Comprar producto mexicano
Más de 200 mil productores y pescadores de los casi 12 mil kilómetros de litoral en toda la república mexicana, se han unido para implementar medidas urgentes para asegurar la contribución de la pesca y la acuacultura a la seguridad alimentaria durante la crisis de coronavirus.
Entre ellas, generar un mayor gasto público y políticas proactivas en prioridades de salud, alimentación y producción; crear apoyos de emergencia para los más vulnerables y brindar mayores beneficios a los pequeños agricultores, pescadores y acuacultores; agilizar la distribución de pescados y mariscos por medio de la Red de Diconsa para que los pescadores puedan comercializar sus productos con mayor facilidad y brindar a la población alimentos nutritivos y ricos en proteína.
Además, de difundir las campañas de promoción de consumo de productos pesqueros y acuícolas mexicanos; y que los estados costeros inicien mesas de trabajo entre las secretarías y subsecretarías de pesca, productores y comercializadores de productos pesqueros y acuícolas para elaborar soluciones regionales a los desafíos de producción y distribución.
“Las estrategias son fortalecimiento del mercado mexicano para productos mexicanos, estamos muy enfocados en eso y en hacer entender al consumidor que es mejor comprar productos mexicanos por todo lo que implica, jalas la cadena de valor desde la raíz si compras a uno mexicano contra uno extranjero. También está promoción al consumo, información, ventas online, de verdad hay mucha gente que se ha movido muchísimo y se están abriendo muchas plataformas de venta directa al público, por lo menos jalas algo”, aseveró Citlali Gómez-Lepe.
Puntualizó que ante la contingencia, el alimento proveniente de la pesca y la acuacultura está garantizado y las plantas pesqueras adoptaron protocolos de contingencia, para evitar la propagación del virus y evitar que estas áreas de trabajo sean un foco de infección.