La procuradora Federal de Protección al Ambiente (Profepa), Blanca Alicia Mendoza Vera, dijo que se debe reforzar la Ley General de Vida Silvestre para asegurar el bienestar de los animales exóticos, ante la creciente comercialización de grandes felinos como mascotas, por lo que consideró que la solución no es prohibir esta práctica, sino fiscalizar los ingresos por la venta de los ejemplares, a fin de reducir la demanda y evitar que terminen en el abandono como en el caso de la Fundación Black Jaguar-White Tiger.
“Esto debe pasar por el tema del cumplimiento de las obligaciones de carácter fiscal, la comercialización de un ejemplar implica la obtención de ingresos, el ingreso está gravado con el Impuesto Sobre la Renta y tendríamos que ver cómo es que se obtienen ingresos; de dónde viene y hacia dónde va, porque también –y esto lo hemos ido viviendo en los últimos tiempos– se han presentado casos de lavado de dinero, entonces todo esto yo creo que igualmente debe exigirse en cuanto al cumplimiento”, comentó en entrevista con MILENIO.
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La procuradora dijo que en la ley se debe integrar la obligación de que los criaderos de animales de vida silvestre rindan cuentas a la autoridad ambiental e informar cómo es que se comercializa y a dónde van los animales, ya que que actualmente esa información no siempre se da a conocer en los planes de manejo de los criaderos y no se les puede exigir porque no está en la ley.
“Que sea con base en la ley que se tenga que reportar qué es lo que se hace con el ejemplar, especialmente con las crías, hacia dónde se envían, cómo se comercializan, cómo se exportan, porque hay casos en que se exportan, todo esto hay que regular en ley, no podemos dejarlo solamente en los planes de manejo y tampoco en los informes, debemos regular en la ley, de tal manera que la autoridad pueda actuar y pueda también llevar a cabo visitas de inspección, más focalizadas dirigidas al cumplimiento de este tipo de obligaciones”, indicó.
Blanca Alicia Mendoza Vera subrayó que lo óptimo es que no hubiera comercialización, pero ante la demanda creciente, debe regularse, y quienes opten por comprar, asegurar que cuentan con los espacios para albergar a grandes felinos, por ejemplo, que al crecer requieren mayor alimentación e infraestructura adecuada.
“Los felinos, los cachorritos a la gente le da mucha ternura, pero no son mascotas y luego cuando van creciendo, están en condiciones de inseguridad para la propia vida silvestre, para la persona que lo tiene, y cuando salen para la comunidad en general, yo creo que aquí debemos ir aprendiendo cada vez más, qué es lo que nos legítima sacar de su hábitat a la vida silvestre, yo creo que nada”, apuntó.
FLC