Durante 2023 la producción de vehículos en México se estima que ronde los 3.5 millones de unidades y en la región de Norteamérica 15.1 millones de vehículos, es decir, 800 mil unidades más con respecto a 2022, lo cual indica, de acuerdo con la firma IHS Markit, que aún faltan dos años más para recuperar los niveles prepandemia.
Guido Vildozo, analista automotriz sénior de IHS Markit, dijo que todavía se está lejos de los niveles anteriores a la declaratoria de pandemia y de lo que se tenía visualizado para México hace cinco años.
“(Estamos) lejos aún de los niveles y lo que se tenía visualizado antes de la pandemia de covid-19, esto llevará un buen rato recuperar; sin embargo, es importante resaltar que el mayor pico que se tuvo de 4.0 millones de unidades fue en 2017 y en 2018 porque en 2019 la producción empezó a caer. Vamos a demorar hasta 2025. Tenemos todavía un camino que recorrer antes de llegar a cifras similares prepandemia”, señaló.
Para Norteamérica, Vildozo dijo: “Estamos distantes todavía a normalizarnos en términos de producción, normalizarnos prepandemia posiblemente hasta el 2025. En cuanto a lo que anticipamos como producción total en Norteamérica regresar a las cifras de 17.5 millones de unidades o 18 millones de unidades no lo vamos a ver en lo que queda de esta década, por el impacto ocasionado por este ciclo inflacionario agravado por el conflicto Rusia-Ucrania”.
En el caso de México, para el que las proyecciones eran de llegar a cinco millones de unidades para estos años, eso ya no es posible que se materialicen, señaló.
En entrevista con la plataforma MILENIO-Multimedios, el analista expresó que son cautelosos en el tema de cuándo se normalizaría la producción de semiconductores.
“La escasez de semiconductores aún estará latente, se espera que pueda normalizarse hacia el 2025”, dijo.
Actualmente, explicó, se observan señales de aumento de disponibilidad del producto, lo que es “un alivio”, y es positivo para México porque permitirán que los volúmenes de producción automotriz se incrementen.
El especialista comentó que habrá que observar lo que suceda ahora que entre en operación una nueva planta de Intel en Arizona hacia mediados de este año.
“Mientras no veamos esa disponibilidad de semiconductores será muy difícil decir que podamos estar relativamente tranquilos ante esta situación. El grado de volatilidad en este tema seguirá por un buen tiempo”, dijo.