Aldair Jiménez y Alaín Pinzón, activistas y defensores de derechos humanos, advirtieron que si no hay una respuesta positiva con autoridades del IMSS hoy por el abasto al ciento por ciento de antirretrovirales para el tratamiento del VIH, alista nuevas protestas, como la del viernes en las oficinas del Seguro Social.
“Tendremos una reunión donde nos deben comentar cómo está la distribución y dependerá de eso para decidir las acciones que llevemos a cabo”, coincidieron.
En entrevista con Carlos Marín para El asalto a la razón de MilenioTV, refirieron que “si volvemos a salir a la calle será porque ya no podemos esperar más mesas de diálogo sin resultados”.
Pese a que las autoridades del IMSS informaron que se tiene el medicamento para 96.4 por ciento que viven con este virus, Pinzón señaló que de manera lamentable se está minimizando al otro 3.6 por ciento de pacientes, entre mil 800 y mil 900 personas.
Explicó que el problema del desabasto se debe a la mala administración de los directivos del seguro: “Zoé Robledo (titular del IMSS) es de lo peor, cuando esta administración llegó a decir que todo iba a mejorar y a cambiar, ha sido ineficiente e inoperante, encontramos un grado de deshumanización alarmante”.
De acuerdo con Jiménez, desde principios del año pasado distintas organizaciones que trabajan en el tema del VIH se pronunciaron y trabajaron en conjunto con el gobierno y el sector salud, en este caso con el IMSS, para proporcionar un nuevo tratamiento que se llamó “Un nuevo paradigma VIH”, que básicamente consiste en la toma de un antirretroviral de última generación que iba a sustituir la toma de dos, tres y hasta cuatro fármacos y que ahora se puede tratar con una sola pastilla más pequeña.
“Eso se previó entre marzo y abril, empezaba a hacerse en marzo y en junio se oficializa con la publicación de la guía antirretroviral de 2019 publicada por Censida y la Secretaría de Salud, y que debió entrar en vigor inmediatamente, porque es un documento oficial, una guía obligatoria y en el IMSS entró hasta diciembre, es decir, entró tarde y mal”.
Refirieron que antes de las protestas hubo mesas con el IMSS, pero sin éxito y el día de la manifestación los llamaron mentirosos, “que éramos una minoría y hasta decían: ‘Ya comenzaron a cortarse los sidosos’, así que no nos arrepentimos y lo volveremos a hacer; en ese instituto hay discriminación muy grave”.