La situación política de Puebla ha sido de todo, menos sencilla. La alternancia continua en Casa Aguayo ha complicado el panorama de la sociedad poblana: siete gobernadores en tan sólo seis años.
Rafael Moreno Valle Rosas fue el último gobernador en concluir su mandato de seis años, y falleció un año después, en 2018. Su antecesor fue Mario Marín Torres, el ex mandatario estatal que permanece en prisión por la detención ilegal y actos de tortura en agravio de la periodista Lydia Cacho, en 2005.
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Jornada electoral de 2018: el duro golpe para la política de Puebla
El 2018 fue un año marcado por el proceso electoral en el que, a nivel federal, Andrés Manuel López Obrador asumió la presidencia, siendo la primer figura política en representar a Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
En Puebla, Martha Erika Alonso Hidalgo se convirtió en la primer mujer en dirigir las riendas del estado. Ganó la elección de julio de ese año, representando al Partido Acción Nacional (PAN), pero una serie de impugnaciones por parte de su rival en la contienda, Miguel Barbosa Huerta, de Morena, retrasó la fecha para que asumiera el cargo.
Finalmente, tras el dictamen del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), Martha Erika Alonso se convirtió en la primera gobernadora de Puebla el 14 de diciembre de 2018.
Cuando parecía que Puebla ya tenía un rumbo tras la definición de quien gobernaría, ocurrió el accidente aéreo del 24 de diciembre en el que fallecieron Martha Erika Alonso, su esposo Rafael Moreno Valle, y tres acompañantes.
Como lo marca la ley en Puebla, Jesús Rodríguez Almeida fue designado encargado de Despacho del Gobierno Estatal, mientras el Congreso del Estado designaba a un gobernador interino, siendo Guillermo Pacheco Pulido el elegido para desempeñar dicha tarea y organizar la elección extraordinaria en junio de 2019.
En la contienda, Miguel Barbosa, de Morena, resultó el vencedor en las urnas, pero su gobierno sería más corto, de 2019 a 2024. Ahora sí, Puebla tendría un rumbo.
La corta era de Barbosa
La administración estatal de Miguel Barbosa tuvo retos y obstáculos: procurar la gobernabilidad, la crisis económica a partir de la pandemia y la elaboración de proyectos a mediano plazo.
Miguel Barbosa se mantuvo en el cargo por más de 40 meses en los que logró cumplir algunos compromisos ante la sociedad. Durante 2022, el ex gobernador envió diversas iniciativas al Congreso local en materia de seguridad, salud y combate a la corrupción, mismas que fueron aprobadas por mayoría de votos por el Poder Legislativo.
La última reforma que impulsó Barbosa Huerta fue para evitar que policías municipales y estatales fueran contratados pese a no contar con exámenes de control y confianza, por lo que se impondrían penas de hasta seis años a los funcionarios que contrataran elementos en dichas condiciones, sin embargo sólo fue avalada en comisiones y no llegó al pleno.
Una de las reformas más importantes de su gestión fue la que se propuso al Poder Judicial, aprobada por el Congreso de Puebla el 8 de octubre de 2022, que determina la prohibición de la reelección del presidente del Tribunal Superior de Justicia (TSJ). También se prohíbe a jueces y magistrados reunirse con las partes o apoderados fuera de los recintos o diligencias judiciales para tratar asuntos de los que tengan parte.
El 14 de diciembre de 2022, Miguel Barbosa entregaría su cuarto Informe de Gobierno, en vísperas del cuarto aniversario luctuoso de Martha Erika Alonso y Rafael Moreno Valle, no obstante, tal y como pasó en 2018, un fatídico suceso volvió a cambiar el destino de la entidad poblana.
Un día antes del informe, en medio de la incertidumbre y un secreto a voces, Barbosa Huerta murió en un hospital de la Ciudad de México, a consecuencia de problemas cardiacos.
Desde la mañana del 13 de diciembre, el gobierno estatal había anunciado que la salud del mandatario era estable, pero en la tarde de ese martes, Andrés Manuel López Obrador confirmó la muerte de Barbosa Huerta, algo muy similar a 2018, cuando el Presidente dio a conocer el fallecimiento de Martha Erika Alonso y Rafael Moreno Valle. Hasta el momento, dos mandatarios estatales han muerto en lo que va de la administración de López Obrador.
Puebla vuelve a perder un gobernador en diciembre
Tras la muerte de Miguel Barbosa, el Congreso del Estado tuvo la encomienda de designar a Ana Lucía Hill Mayoral como encargada de despacho del Gobierno de Puebla. Por escasas 36 horas, la funcionaria dirigió Casa Aguayo y sólo pudo decretar el luto en el estado.
A la media noche, el 15 de diciembre de 2022, los 41 diputados del Congreso local designaron a Sergio Salomón Céspedes Peregrina como gobernador sustituto en Puebla.
Céspedes Peregrina fungía como titular de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) del Poder Legislativo. Su encomienda es concluir el mandato hasta diciembre 2024.
Mandatos fugaces en Puebla
Desde Antonio Gali Fayad, antecesor de Martha Erika Alonso, ninguno de los siguientes mandatarios en Puebla tuvieron el tiempo para instrumentar un plan de gobierno.
Al no cumplir el sexenio, ninguno de los ocho personajes que pasaron por Casa Aguayo lograron rescatar a Puebla del todo, ya que muy poco se pudo hacer en un corto período.
El mandato de Gali Fayad sucedió en la llamada 'mini gubernatura', del 1 de febrero de 2017 al 13 de diciembre de 2018 —un mandato corto para homologar las elecciones locales con las federales—; Martha Erika Alonso sólo permaneció 10 días, del 14 al 24 de diciembre del mismo año. En el caso de Jesús Rodríguez Almeida, como encargado de despacho sólo estuvo del 24 de diciembre al 21 de enero de 2019.
El gobierno interino de Guillermo Pacheco Pulido fue del 21 de enero al 31 de julio de 2019; mientras que Miguel Barbosa Huerta permaneció en el cargo de agosto de 2019 a diciembre de 2022; Ana Lucía Hill Mayoral sólo duró 36 horas en Casa Aguayo, antes de ser relevada por Sergio Céspedes, quien concluirá su mandato en diciembre de 2024.
¿Qué le espera a Puebla en 2024? ¿El nuevo mandatario acabará con la alternancia y establecerá la gobernabilidad?
IGO