La rectora de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), Teresa García Gasca, aseguró enfrentar “obstáculos importantes” en el ámbito laboral por “machismo y un sistema patriarcal”, así como político.
Al dictar la conferencia Reflexiones sobre la violencia y la desigualdad de género en el liderazgo femenino, en el Instituto Municipal de la Mujer de San Juan del Río (INMSJR) de la Feria San Juan del Río 2022, explicó que solo hay seis rectoras de más de 30 universidades.
“Actualmente, somos seis rectoras de más de 30 universidades que hay en el país; sí, es un tema importante porque sigue siendo un ambiente masculino y es complicado”.
En la UAQ, dijo, en 2022, se registraron 33 mil 760 estudiantes, de los cuales, el 60 por ciento fueron mujeres en el nivel de bachillerato; 57 por ciento para Técnico Superior y Licenciatura; y 55 por ciento en posgrado.
García Gasca comentó que, de acuerdo con la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), en el 2010, el número de estudiantes de sexo femenino que ingresó a licenciatura pasó de 1.3 millones a 2.1 en el 2018; sin embargo, datos de la UNESCO refieren que durante el 2017 el porcentaje de mujeres graduadas de licenciatura y maestría -a nivel global- fue superior a los hombres, pero para programas de doctorado, las cifras se revirtieron.
“Siempre es de cordialidad, cuando voy acompañada de un hombre, el presidente municipal se dirige a él, no se dirige a mí, no puede dirigirse a mí todo el tiempo, tiene que evadir y dirigirse a él, esto me ha sucedido con algunos; no es violencia necesariamente, pero es un micromachismo que existe y ahí está”, aseveró respecto al trato con relación a los presidentes municipales hombres.
En lo político, y aunque dejó claro que es apartidista, y tiene sus raíces en la ciencia, al ser rectora, añadió, no deja de tener un factor político intrínseco.
“Es difícil lidiar con ello, hace que haya mucha violencia política y en donde encuentro más, es de hombres hacia mi persona, y sí que la he tenido. Cuando hay un problema político entre mi persona y una mujer, lo puedo resolver rápido, como mujeres algo pasa que podemos arreglarlo, pero no sucede con los hombres, hay estereotipos y conducta aprendidas, es un tema que tenemos que trabajar”, afirmó.
De igual forma, la rectora abordó su experiencia en el tema de la violencia y la desigualdad desde su visión personal.
En lo familiar, explicó que nunca tuvo obstáculos que le impidieran continuar con su desarrollo profesional, ya que su padre siempre la impulsó. En lo social, señaló que no hubo algo que le haya impedido continuar. En el tema de la academia -en lo profesional- afirmó que no ha encontrado frenos, ya que, como investigadora, las oportunidades son igualitarias, el problema radica, en que para muchas mujeres no es posible llegar a ese punto, al detenerse –por diferentes razones- en el camino y cuando quieren retomarlo ya no alcanzan porque el tiempo ya avanzo.
Para García Gasca falta perspectiva de género desde la educación, la cual permite visualizar diferentes fenómenos de la realidad, sus implicaciones y efectos, además de que ofrece una aproximación más allá de la naturaleza y de la biología.
“Sí, somos distintos en esencia biológica, pero tenemos derecho a las mismas oportunidades reconociendo nuestras diferencias también” expresó.
Por ello, en la práctica de la ciencia como profesión señaló que la brecha de género aumenta, ya que, a nivel mundial, durante el 2017, el 29 por ciento de investigadores fueron mujeres, mientras que, de acuerdo con el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, del total de los miembros del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), únicamente el 37 por ciento son mujeres.
“Este es otro techo de cristal, ya terminamos el doctorado, ahora tenemos que ser jefas de grupo, líderes de proyectos, generar recursos, publicar, ganarnos una presencia internacional para poder ser reconocidas como investigadoras a nivel nacional, pero no todas lo logramos y entramos a una dinámica de techo de cristal porque estamos atoradas, pero no tiene que ver con falta de capacidad”, afirmó.
“Sí, podemos lograr graduarnos de licenciatura y maestría, pero se encuentra el techo de cristal en el doctorado, no por falta de capacidad, sino porque hay algo en el sistema, algo estructural que no está funcionando y que no permite que las mujeres continúen, se pausan, se frenan”, comentó.
Para la rectora es importante reconocer y eliminar los estereotipos, esto es indispensable desde la base.
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