“Tienen que aprender a respetar la soberanía de México”, enfatizó López Obrador tras pausar las relaciones con los embajadores de Estados Unidos (EU) y Canadá. “Nosotros no vamos a darles consejos allá ni a decirles qué está bien y qué está mal”, aunó en respuesta a las posturas que Ken Salazar y Graeme C. Clark emitieron de la reforma judicial.
El presidente mexicano negó que su decreto signifique una ruptura de las relaciones diplomáticas con ambas naciones o enemistad alguna con los representantes. Aunque dejó en claro que aquella pausa se ‘levantaría’ toda vez Salazar y Clark ratifiquen “su respeto a la soberanía del país”.
¿Pero cuáles fueron las declaraciones que orillaron a López Obrador a “darse un tiempo” en la relación con el estadounidense y el canadiense?
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Riesgo en la confianza de inversionistas
La iniciativa que Andrés Manuel impulsó para combatir la corrupción en el tercer poder de la unión— así como la desaparición de órganos autónomos— encendió las alertas en el círculo de los negocios e inversiones canadienses. En palabras de la Cámara de Comercio del Canadá en México (CanCham por sus siglas al inglés):
“Las referidas reformas pueden tener implicaciones negativas sobre la certidumbre, transparencia y profesionalismo en el manejo de las materias que dichos entes tienen a su cargo”.
El 22 de agosto el ente representante de los intereses canadienses en tierra azteca celebró una edición más del foro de negocios CanCham Day 2024, donde empresarios y autoridades pusieron sobre la mesa temas de diplomacia, economía, sociales y migratorios entre ambas naciones.
Así, el embajador Graeme C. Clark confirmó las incertidumbres que la reforma judicial despertó en el círculo de inversiones y no descartó una eventual afectación en la confianza de inversionistas con el gobierno de México— en el caso de aprobarse la iniciativa—.
“Una inversión es una muestra de confianza”, reiteró el diplomático a EFE Noticias, aclarando que su posicionamiento es únicamente para transmitir las preocupaciones del sector privado canadiense. “Soy muy sensible a cualquier comentario que podría ser visto como una injerencia en los asuntos de México y ciertamente no es el propósito”, remarcó.
La declaración de Clark ocurrió a pocos días que diversas calificadoras advirtieron riesgos para el círculo económico con la reforma judicial, tal y como Fitch Raitings, la cual pronosticó falta de imparcialidad, independencia y calidad técnica al considerar la iniciativa como una interferencia del Poder Ejecutivo al Poder Judicial.
En tanto Morgan Stanley bajó la calificación de México a “infraponderada” para las inversiones, mientras el Bank of America catalogó a la reforma judicial de “muy alto riesgo” por sugerir un cambio radical en el sistema de justicia mexicano.
El mismo día del CanCham Day 2024 la reforma judicial recibió el golpe de Ken Salazar, embajador de EU en México, quien cuestionó el eje central de la propuesta central de la iniciativa al considerarla “un riesgo para el funcionamiento de la democracia”, así como para la “integración de las economías de EU, México y Canadá, con el TMEC”.
“Cualquier reforma judicial debe tener las salvaguardas que garanticen que el Poder Judicial sea fortalecido y no esté sujeto a la corrupción de la política”, señaló en conferencia de prensa.
Posteriormente en entrevista con MILENIO el embajador sugirió revisar otras opciones para la propuesta de ley, tales como la de su natal Colorado, EU, en donde los jueces de las cortes estatales y locales se someten al voto de la ciudadanía para decidir si continúan o no en el encargo. Una etapa del llamado ‘Plan Misuri’ o elección por mérito.
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López Obrador negó que la postura del estadounidense haya afectado en su relación, sin embargo, dejó en claro que la participación del vecino del norte en el tratado comercial no le otorga el derecho de intervenir en asuntos de la política nacional.
“Ahí (en EU) le andan buscando la forma, dándole la vuelta, se andan por las ramas diciendo: ‘No, es que como hay un tratado comercial nos podemos meter’. No. Si el tratado no es para que cedamos nuestra soberanía”.
Así, y tras la pausa a las relaciones de López Obrador con los embajadores EU y Canadá, Ken Salazar lanzó un comunicado en el cual la embajada estadounidense refrendó su “máximo respeto” por la soberanía de México, aunque remarcó su preocupación de que “la elección popular no aborde la corrupción judicial”.
ASG