Regreso a clases presenciales, oportunidad de cambiar entorno alimentario escolar: Unicef

Expertos de Unicef coinciden en que el regreso a clases presenciales es una oportunidad para transformar el entorno alimentario escolar a uno más saludable.

Reactivación de escuelas y clases presenciales no será tarea fácil
Alejandra Zárate
Ciudad de México /

La mala alimentación que se promueve en el entorno escolar es causa directa del sobrepeso y la obesidad que padecen niños, niñas y adolescentes, refiere el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia en México (Unicef), pues alrededor de la mitad de los alimentos y bebidas que se consumen en las escuelas son ultraprocesados, mientras que la disponibilidad de frutas y verduras es menor al 10 por ciento.

Luego de que la pandemia demostrara la importancia de mantener una adecuada alimentación para reforzar el sistema inmunológico, expertos de Unicef coinciden en que el regreso a clases presenciales es una oportunidad para transformar el entorno alimentario escolar a uno más saludable, eliminando por completo los productos chatarra que se distribuyen o consumen dentro y alrededor de las instalaciones educativas.

Asimismo, la educación nutricional y capacitación a la comunidad escolar, la implementación de estándares de alimentación saludable mediante el suministro de alimentos de alta calidad, tanto en programas gubernamentales como en tiendas escolares y el aumento de actividad física, son acciones que el organismo considera efectivos para prevenir estos problemas de salud.

Estas acciones forman parte del contenido Vida Saludable que la Secretaría de Educación Pública incorporó a la currícula como un material adicional al programa Aprende en Casa a principios de 2020. Para esta etapa post pandemia, Unicef busca que, de la mano del IMSS, el ISSSTE, los Sistemas DIF, la OPS y el Instituto Nacional de Salud, se incorpore de manera formal como una asignatura de la educación básica que conlleve actividades teórico prácticas y un libro de texto.

“Las escuelas tienen roles importantes, pueden moldear las preferencias de niños, niñas y adolescentes, conocer nuevas frutas, nuevas verduras, y esto les va impulsar a que en casa pidan estos sabores”, refirió a MILENIO, Fiorella Espinoza, Oficial de Nutrición en Unicef México, “también la escuela transmite los conocimientos y la sensibilización, esto hace que niños y niñas se conviertan en actores decisivos en las compras de sus padres”.

Añadió que un factor para cambiar hábitos alimenticios, es el ejemplo que ponen los docentes en lo que consumen “ahora lo que ocurre es en un sentido negativo, el profesor está con el refresco frente a niños y niñas, en lugar de hidratarse con agua”.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2020, el 38.2 por ciento de niños y niñas de 6 a 11 años padecen obesidad o sobrepeso, condición que aumenta al 43.8 por ciento en la adolescencia.

Al respecto, Mauro Brero, jefe de Nutrición en este organismo, recordó que México fue golpeado muy duramente por la pandemia debido a la población con los más altos niveles de sobrepeso y obesidad, así como otras condiciones cardiovasculares que la vuelven más vulnerable.

Señaló que las condiciones de malnutrición en el país no solo dependen de las decisiones individuales, sino que están ligadas al condicionamiento del entorno en que vivimos. 

“Si tenemos más acceso a alimentos no saludables, ultraprocesados y refrescos, que a agua simple o alimentos frescos y naturales, es un desafío para los niños y las niñas alimentarse bien".

EHR

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