En las zonas menos conocidas de la tercera sección del Bosque de Chapultepec, las barrancas de Dolores y Barrilaco retomaron su vocación ambiental tras ser usadas durante años como basureros clandestinos y sitios de descarga de aguas residuales de las colonias vecinas; además, se pretende sustituir 7 mil árboles muertos en pie, por lo que se han reforestado 27 mil árboles nativos.
"La presencia de barrancas permite infiltración de agua en las laderas, y es fundamental para el abasto de agua de la ciudad; es importante por la regulación de clima, también tienes riqueza biológica, distintos organismos que son parte de la riqueza biológica que ha hecho que la ciudad sea considerada -con todo y la presión que ha vivido durante siglos-, que mantiene el 2 por ciento de la biodiversidad del planeta y el 12 por ciento de la biodiversidad del país", dijo Marina Robles García, secretaria del Medio Ambiente capitalina.
Como parte del Proyecto Chapultepec Naturaleza y Cultura, la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) logró retirar alrededor de 300 toneladas de residuos de la barranca de Dolores en 2021 y en la de Barrilaco, un total de 130 toneladas.
"De esta barranca sacamos casi 300 toneladas de residuos sólidos, desde cascajo, basura domiciliaria, hasta un refrigerador, llantas, todo lo que se pueda. Esta parte del bosque de la tercera sección, las 243 hectáreas es una zona de reserva, así está considerada y la encontramos en abandono desde hace mucho tiempo. Tenemos la posibilidad de mejorar las condiciones para que podamos enfrentar el cambio climático, ante el aumento de temperatura", dijo Mónica Pacheco, directora de Gestión del Bosque de Chapultepec, en entrevista con MILENIO.
Durante un recorrido de supervisión, el biólogo Martín Aguilar Cervantes, subdirector técnico del Bosque de Chapultepec, dijo que se identificaron 150 descargas de aguas residuales en el polígono de la barranca de Dolores, por lo que se crearon nueve humedales artificiales que permiten filtrar las aguas grises.
Además, a lo largo de la barranca se construyeron poco más de 250 muros y gaviones que permitirán que los escurrimientos de agua durante la temporada de lluvias no erosionen el suelo, sino que se filtre al acuífero.
“En complemento, hemos desarrollado, desde 2019 a la fecha, intervenciones para el mejoramiento de suelos, mejoramiento de arbolado y retiro de arbolado muerto en pie. Es la primera vez, en la historia de la Ciudad de México, que se lleva a cabo una intervención integral, sobre todo en un área de valor ambiental y que incluya barrancas”, agregó el biólogo.
Como parte de la restauración ambiental, dijo que “tiene que ver con una selección de árboles y plantas que, en combinación, nos van a generar una mejor masa forestal, mejor equilibrada", por lo que deberán retirar 7 mil árboles muertos, 80 por ciento eucaliptos.
"Aún se observa una gran cantidad de eucaliptos, por su establecimiento muy fácil en terrenos difíciles, y ahora estamos con una oportunidad para hacer una sustitución de estos elementos. Ya hemos plantado 24 mil árboles en la tercera sección en esta barranca de Dolores y 2 mil árboles en la de Barrilaco y estaremos reiniciando la plantación nuevamente hacia la temporada menos fría de este año”, agregó.
El proyecto tiene una inversión de 177 millones de pesos para mejorar las condiciones del suelo y el flujo hídrico en materia de descargas de aguas residuales.
“El presupuesto para este proyecto es de 177 millones de pesos y el general que nosotros manejamos en el 2020 ascendió a mil 200 millones de pesos, para las distintas actividades que hemos realizado entre la primera y la tercera sección, incluyendo lo que será la cuarta sección del Bosque de Chapultepec”, precisó la doctora Marina Robles García.
El proyecto registra un 80 por ciento de avance y terminará en marzo próximo. Aunque no son accesibles al público por las dificultades del terreno, se prevé que en un momento se puedan realizar recorridos guiados.
EHR