El gobernador Miguel Barbosa Huerta reconoció que la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) ha llegado a identificar que algunos reos al interior de las cárceles de Puebla, pese a estar privados de la libertad, aún cometen delitos que afectan al resto de la sociedad, por lo que constantemente se realizan operativos para "desactivar" bandas o se trasladan a los miembros más peligrosos a reclusorios federales.
El titular del Ejecutivo estatal aseguró que su gobierno destina "miles de millones de pesos" para solventar la operación de los penales estatales de San Miguel, Tepexi de Rodríguez y Ciudad Serdán, los penales regionales de Tehuacán, San Pedro Cholula y Huauchinango, así como los 14 penales distritales.
Denunció que gobiernos anteriores dejaron en el abandono a las cárceles del estado y es necesario que la inversión a las mismas se mantenga, ya que no solo se trata de custodiar a los presos, sino también para brindarles seguridad y alimentación y garantizar su reinserción a la sociedad una vez que cumplan su condena.
Reconoció que el ambiente en los ceresos de Puebla no es fácil y mantener la seguridad "es una lucha permanente", ya que hay internos que prefieren mantener sus actividades delictivas tras las rejas pero también porque hay directores que se convierten en aliados de los criminales
"Todo el tiempo hay complicaciones, reconozco que los mandos directivos de los reclusorios llegan a corromperse y las personas que están ahí metidas, así como hay muchas que quieren rehabilitarse y transitar por su condena con un comportamiento adecuado, hay otros que son verdaderos delincuentes y preparan la comisión de delitos desde adentro".
Barbosa recalcó que continuarán los dispositivos de seguridad en los penales mayormente poblados para evitar que los reclusos presenten quejas ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) por presuntas violaciones a su integridad o para reducir la cantidad de aquellos que buscan "canonjías" a fin de seguir obteniendo beneficios personales.
AFM