Más de 2 millones 200 mil mexicanos fueron deportados de Estados Unidos entre 2009 y 2019, lo que significa la expulsión de paisanos más grande en la historia de ese país, incluso superior a la del periodo conocido como la Repatriación Mexicana (1929-1936), que provocó la salida forzada de hasta 2 millones de connacionales.
Las cifras, compiladas por el área de estadística del Departamento de Seguridad Interna de Estados Unidos, muestran que la administración de Donald Trump ha deportado 32 por ciento de los mexicanos en diez años, es decir, 725 mil, y solo en 2019 expulsó a 127 mil 492.
Sin embargo, las cifras de Barack Obama superan por mucho el número de deportaciones de mexicanos por año. Por ejemplo, en 2012 expulsó a 306 mil 870, número récord durante esa década. Un año antes, Estados Unidos repatrió a 388 mil 409 extranjeros a sus lugares de origen, de los cuales 74 por ciento fue de México, el punto más alto en el periodo revisado.
Pese al crudo y fuerte discurso del presidente Donald Trump contra los migrantes y específicamente contra los mexicanos --los ha calificado de criminales y violadores--, las cifras de repatriaciones en 2019 no representaron un alza significativa, aunque ese fenómeno se relaciona con la disminución de la migración hacia el vecino país del norte.
Los datos de la Oficina del Censo de Estados Unidos revelan que en la última década la migración de mexicanos hacia ese país descendió 60 por ciento, que explica la baja de deportaciones de mexicanos.
Los 11 millones de paisanos en Estados Unidos representan la cuarta parte de los casi 45 millones de inmigrantes registrados en esa nación hasta 2018; en contraste, al iniciar el siglo (2000), los 9 millones 177 mil mexicanos registrados significaban 29 por ciento de todos los migrantes.
Pese a la bajas en las cifras, el vecino país del norte siguen siendo la nación que más deporta extranjeros y por consiguiente la que más detiene.
En 2009 las agencias de seguridad encargadas de buscar y atrapar inmigrantes realizaron 889 mil 212 detenciones, de las cuales 731 mil 225 fueron de mexicanos (82 por ciento) y para 2017 solamente detuvieron a 220 mil 138 connacionales de 461 mil.
Es necesario aclarar que, si bien los registros apuntan casos de asesinatos, violaciones, agresiones y robo, entre algunas de las muchas razones para considerar a un extranjero criminal en proceso de expulsión, el grueso de las acusaciones vienen de asuntos administrativos sellados bajo la categoría “no criminal”.
Los cargos más comunes tienen que ver con “Infracciones de tránsito”, como golpear un auto y huir, transporte de material peligroso o circular sin licencia. Y aunque el rubro “drogas peligrosas” es también uno de los más frecuentes, el cuarto motivo son problemas migratorios, como reingreso ilegal o reclamo falso de la ciudadanía.
La administración de Trump aumentó significativamente las inspecciones a puntos de trabajo y compañías donde usualmente contratan a migrantes. Estas auditorías, conocidas como I-9, pasaron de mil 360 en 2017 a 5 mil 981 en 2018. El año pasado se efectuaron además redadas en por lo menos 20 ciudades estadunidenses con el objetivo de detener a por lo menos 2 mil migrantes ilegales.
En agosto del año pasado la policía migratoria (ICE, por sus siglas en inglés) detuvo a 680 trabajadores latinos de siete plantas procesadoras de alimentos de la empresa Koch Foods, en Morton, Missisipi, aunque solo ocho de ellos eran mexicanos.
En los días subsecuentes se reportó la deportación de 122 mexicanos detenidos en redadas a lo largo del país en el mes de agosto.
RLO