Detrás de Rosa María de la Garza o Rosi Orozco (Ciudad de México,1960), presidenta de Unidos contra la Trata —organización que en casi 15 años ha ayudado a cerca de 300 niñas y mujeres explotadas sexualmente a reinsertarse en la vida—, está la historia de una pequeña que cantó en un coro, que fue guía de México y que regaló ropa a quienes la necesitaban, la de sus hermanas y mamá, tras descrubir desde entonces su vocación altruista.
Desde 1990 se dedica a la defensa de los derechos humanos y, entre otros reconocimientos nacionales e internacionales, en 2016 recibió el doctorado honoris causa por el Instituto Mexicano de Líderes de Excelencia.
¿Cómo era Rosa María de la Garza?
Soy, ante notario, Rosi Orozco.
¿Entonces?
Mi acta de nacimiento dice así, lo que pasa es que cuando me casé mi marido bromeando me dijo: “Si eres De la Garza, tu papá paga los platos, si eres Orozco…”, entonces decidí ser Orozco.
Era muy traviesa. Fui la mayor de seis hermanos, pero muy inquieta, yo creo que si en esa época hubiera Ritalín, mi mamá feliz de tenerme dopada.
¿Qué hacía?
Como cantaba en un coro conocía a muchas personas con necesidades y eso me dolía mucho, entonces tomaba la ropa de mis hermanas o de mi mamá y se la regalaba a las niñas que llevaba a mi casa.
¿Cómo era con los amigos durante su adolescencia?
Fui guía de México, ahí aprendí, por ejemplo, la importancia de valorar a la gente no por lo que tiene, sino por lo que es: sus talentos y dones. En un campamento qué te importa si la persona vive en el Pedregal o en otro lugar, lo que te importa es que sepa prender la fogata, que sepa poner la tienda de campaña. Creo que a los mexicanos nos falta saber hacer equipo.
¿Cómo hacer equipo en un México con muchas familias golpeadas económicamente?
Me tocaron chicas que ayudé y que me robaron varias veces, tuve que decirles que no se los iba a permitir, pero que íbamos a ver cómo salir de ese hábito, que es una malformación. Solamente lo tuve que decir una vez, sí se aprende.
¿Cómo regaña Rosi?
Con amor firme. Así debe ser, por ejemplo, cuando recién me casé, mi esposo era celoso y yo fui muy amorosa, pero firme y comprensiva; entendí que él había aprendido eso en la infancia, pero le dije: “Vengo de un hogar donde mi madre fue una mujer intachable, yo soy intachable y jamás te voy a fallar, pero no voy a permitir que tú desconfíes de mí”.
¿Qué tan bailadora fue?
Antes de conocer a mi esposo estuve a punto de casarme con otro, Alejandro, quien fue mi maestro en la universidad y él era muy fiestero, amenizaba en la discoteca de moda… terminamos un mes antes de la boda, ya con todo listo, pero no era el indicado.
¿Probó alguna droga?
En la universidad una amiga me dio mariguana, pero no me gustó, creo que cuando has tenido solidez en la familia no tienes la necesidad de llenar los vacíos con drogas.
¿A qué edad tuvo su primer novio?
A los 14, de manita sudada; a los 17 me rompieron el corazón y después, a los 20, pasó lo del tal Alejandro que no fue el correcto; después viví un año en Francia, y cuando regresé, entré a trabajar con mi padre y conocí a mi esposo.
¿Es feminista?
En mi hogar aprendí a amar a hombres y mujeres por igual, el trato de mi padre fue de tal forma que nunca me he sentido en desventaja con un hombre, nunca y menos en ventas.
¿Alguna vez ha ido a un chippendale?
No, porque valoro mucho a los hombres, conozco a un chico que está en uno, conozco su historia y sé cuantas veces ha querido quitarse la vida; jamás lo humillaría de esa manera, aunque él decida estar ahí.
¿Cuál fue el hecho que detonó su interés por el tema de la trata?
En 2005 vi la película Laila Forever, sobre una niña de Lituania a la que su mamá abandonó, ella queda en situación de calle, la capta una red de trata, la lleva a Suecia, la prostituyen, y cuando logra escapar, se quita la vida. No paré de llorar toda una semana y entendí que nadie quiere vivir después de haber sido violada 30 veces al día.
¿Se ha afiliado a algún partido?
Agradezco al partido que me dio la oportunidad de ser diputada, pero el tema de la trata de personas no tiene partido.
¿Cómo vive con las críticas?
Como dicen, la mentira corre, la verdad camina; la mentira se cansa y la verdad la alcanza, tengo que ser paciente.
Me dijo que cantaba, ¿era buena?
Lo hago muy mal, también tocaba la guitarra y el piano; ahora canto en la regadera y afortunadamente no se va el agua.