El líder parlamentario del PRI en la Cámara de Diputados, Rubén Moreira, acusó al ex gobernador de Hidalgo, Omar Fayad, de entregar el estado a Morena: “no defendió la plaza, ni las manitas metió”.
En su programa semanal “Con peras, manzanas y naranjas” a través de redes sociales, el legislador priista cuestionó los argumentos de Fayad para renunciar al PRI y subrayó que no es el tricolor, sino el actual gobernador hidalguense, el morenista Julio Menchaca, quien asegura le darán una embajada.
Moreira sostuvo que otros ex gobernadores, como el panista Francisco García Cabeza de Vaca y el perredista Silvano Aureoles, perdieron Tamaulipas y Michoacán, respectivamente, pero “en la raya” y “a espadazos”, en contraste con Fayad.
“A nadie le queda duda que Cabeza de Vaca o Silvano lucharon con su narrativa propia para conservar el estado para su partido; eso, con todo respeto, yo no lo vi en el estado de Hidalgo para nada. Vi, eso sí, a un gobernador en una discoteca bailando en medio de la elección, vi a un gobernador ponderando la narrativa de los opositores y a un gobernador que nunca puso un alto a estos señalamientos, o sea, no defendió la plaza”, puntualizó.
Le recordó a su ahora ex correligionario que el PRI perdió cientos de miles de votos durante su sexenio, sin hacer nada ante el avance de Morena:
“Entonces la bronca es que tú no metiste ni las manitas, pero desde 2018; es más, ya desde el 2016 traías bronca, ya desde 2016 traías bronca, tú mismo trajiste bronca con 330 mil votos”.
Acompañado por el también diputado priista Miguel Ángel Sulub, el coordinador de la bancada del Revolucionario Institucional advirtió que Fayad construyó una narrativa incorrecta, cargada de ego y de vanidad.
“Me llama la atención su defensa que él hace, dice ‘yo no entregué el estado, yo no voy ir a Morena, yo no voy a ser embajador’, y ninguno de nosotros ha dicho que tú vas a ser embajador. El que dijo fue el señor gobernador de tu estado, al que por cierto tú no has criticado para nada, ni tú, ni muchos compañeros que debían de criticarlo”, agregó.
Señaló que en Hidalgo, como pasó en el Estado de México, los actores políticos, los gobernadores nunca generaron una narrativa propia, ni defendieron su narrativa, por lo que dejaron que entrara otra narrativa, que obviamente genera simpatía en el elector y genera votos.
“En Hidalgo se empezaron a gestar, desde el poder, apoyos a otros partidos o grupos políticos (como el PVEM y el PES), y saben a qué me refiero, desde hace mucho tiempo, bajo el principio de que es que somos aliados para ganar una elección, pero empezaron a trasvasar candidatos”, dijo.
LG