La vicepresidenta de la Cámara de Diputados, Dolores Padierna Luna, dijo que es falso el argumento que usan algunas organizaciones patronales en contra del aumento al salario mínimo para 2021, que sostiene que el alza podría ocasionar el cierre de 700 mil empresas, provocando mayor desempleo.
Señaló que el sector empresarial no fundamenta ni cita sus fuentes, ni justifica porqué el 10 por ciento de incremento que había propuesto no ocasionaría el cierre de el mismo número de empresas.
Al respecto, destacó que, en la práctica, el salario mínimo sólo se aplica a los trabajadores formales, la mayoría de los cuales están asegurados ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), mientras que en 2019, sólo 158 mil de los 20.4 millones de trabajadores asegurados cotizaba un salario mínimo. “En 2020 se ha mantenido esta proporción y por lo tanto, decir que se cerrarán 700 mil empresas es definitivamente una exageración”, señaló.
A pesar de los incrementos al salario mínimo de los últimos años, dijo, aún no se cumple con el mandato constitucional, que para 2021 representará 1.3 veces el costo de la canasta básica, mientras que en promedio de cada trabajador ocupado dependen 2.3 personas. “De esta manera, el salario mínimo constitucional debería ser de 252 pesos en vez de los 142 pesos establecidos”, indicó.
La legisladora recordó que la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Consami) decidió incrementar en 2021 el salario mínimo en 15 por ciento, por lo que este aumento se suma al 16 y 20 por ciento decretado para los años 2019 y 2020, respectivamente.
“De esta manera, durante los tres primeros años de la presente administración, el salario mínimo se habrá incrementado 60.4 por ciento, que restada la inflación, significa un aumento real de 45.9, con lo que recuperó el poder adquisitivo que había perdido en años anteriores”, puntualizó.
Agregó que por muchos años el salario mínimo no se estableció como lo manda la Constitución, ya que se establecía a partir de la inflación estimada para el año siguiente, la que muchas veces quedaba por debajo de la real. Así, el salario mínimo no sólo era “insuficiente para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia, sino que fue perdiendo poder adquisitivo”, expuso.
Comentó que para justificar la política salarial se argumentaba que el incremento al salario mínimo tendría un impacto negativo en la inflación, ya que también se podría trasladar a los demás salarios, además de que se utilizaba como “índice de referencia para la determinación de una gran cantidad de bienes y servicios”
lp