Caracterizada con sotana y mitra papal, la legisladora transexual Salma Luévano presentó en tribuna de la Cámara de Diputados su iniciativa de ley para impedir a las asociaciones religiosas y ministros de culto proferir discursos de odio con el deliberado ánimo de menospreciar y discriminar a personas o grupos por razón étnica, social, orientación sexual, identidad o expresión de género.
“Con este atuendo pretendo hacerme notar en nombre de mi población y decirle a los líderes religiosos, que casualmente la mayoría son hombres blancos, de clase alta, que basta de discursos en contra de nuestros derechos”, dijo.
Pidió todo el peso de la ley contra los ministros de culto que incitan el odio contra la comunidad LGBTTIQ+.
En su exposición, la diputada de Morena recordó que el obispo de Aguascalientes, José María de la Torre, sostuvo en un discurso de odio de 2014 que, de aprobarse las uniones entre personas del mismo sexo, se abriría el camino para que más adelante se permita que las personas se casen con animales.
El mismo personaje afirmó que las preferencias de la comunidad homosexual son una enfermedad como la sífilis y la gonorrea.
En 2016, las iglesias católica y evangélica se unieron en una cruzada contra las bodas homoparentales y advirtieron que designar a una unión homosexual con el nombre de matrimonio es empobrecedor y ocasiona confusión, además de que uno de los supuestos peligros del matrimonio homosexual es que los niños puedan cambiar de género.
Por ello, la iniciativa suscrita por Luévano establece que las asociaciones religiosas deberán abstenerse de proferir discurso de odio, “entendiéndose por estos los que se caracterizan por expresar una concepción mediante la cual se tiene el deliberado ánimo de menospreciar y discriminar a personas o grupos por razón de cualquier condición o circunstancia personal, étnica, social, orientación sexual, identidad y/o expresión de género”.
JLMR