El gobierno federal creó en su primer año el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), que otorgará atención y medicamentos gratuitos a 69 millones de personas que carecen de seguridad social. Fue el primer para consolidar la integración del Sistema Nacional de Salud Universal.
De igual manera, puso fin al monopolio que ejercía el sector farmacéutico y ahorró millones de dólares que se gastaban en medicinas caras y, a veces, poco efectivas.
Luego de hacer un censo sobre las necesidades de centros y hospitales, incluidos datos sobre perfil clínico de los mexicanos, el gobierno decidió abrir las puertas al mercado internacional y comprar medicamentos e insumos de última generación.
México era el país de América Latina que compraba los antirretrovirales más caros. Estos medicamentos se otorgan a 97 mil pacientes con VIH o Sida, pero ya no tenían la misma efectividad por la resistencia del virus. El tratamiento con Efavirenz era uno de esos casos.
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Hugo López-Gatell Ramírez, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, refirió que México invertía hasta 3 mil 200 millones de pesos anuales en convenios desfavorables con farmacéuticas, pues compraba antirretrovirales hasta 20 veces más caros.
"La combinación de Emtricitabina y Tenofovir se compraba en 170 dólares, mientras en Brasil valía 35 dólares. Otro ejemplo más notorio: el Dolutegravir se compraba hasta en 110 dólares, mientras Brasil lo adquiere en ocho", añadió.
La decisión fue generar un "nuevo paradigma del VIH en México", que consistió en reducir de 35 a 18 el número de antirretrovirales, de los ocho son de patente de última generación, causan menos efectos adversos y no generan resistencia.
El ahorro fue de millones de pesos y no se dejó desprotegida a la población que padece esta enfermedad de transmisión sexual.
FIN AL CUADRO BÁSICO
Con la operación de Insabi ya no habrá cuadro básico de medicamentos. El presidente Andrés Manuel López Obrador ha resaltado que su gobierno garantizará a los mexicanos el derecho a la salud y eso incluye medicinas, de ahí que habrá recursos suficientes para dar atención a más de la mitad de la población que carece de seguridad social.
Solo para este año se contó con un presupuesto adicional de 40 mil millones de pesos y la misma cifra se aplicará en 2020.
También anunció la contratación de 87 mil médicos, especialista y personal de salud en todo el sexenio, con salarios por encima de la media para aquellos doctores que decidan trasladarse a comunidades de difícil acceso.
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En cuanto a la entrega de medicinas, el Sistema de Protección Social en Salud revela que hasta el 30 de junio pasado hubo un surtimiento de recetas de 74 por ciento y 82 ciento, respectivamente, en primer y segundo nivel de atención.
En el IMSS, de diciembre de 2018 a junio de 2019, se surtieron 128 millones de recetas individuales en farmacias; en tanto, el nuevo esquema de compras permitió que en el primer semestre de este año se registrara un ahorro de 91 millones de pesos en 12 de las 25 unidades de alta especialidad.
En tanto, el Issste otorgó 541 mil 812 recetas a 288 mil 196 derechohabientes y se liberaron 576 mil 539 citas a través del Programa de Receta Resurtible. El instituto adquirió 858 claves de insumos médicos y tuvo ahorros de 220 millones de pesos
En todo el sistema de salud mexicano, que incluye IMSS, Issste, Sedena y Marina, además de servicios estatales, hay más de 58 millones de afiliados sin considerar familiares.
En cuanto a la atención a grupos vulnerables, hasta junio el programa IMSS-Bienestar atendió a 12.3 millones de personas sin seguridad social, de las cuales 60 por ciento radican en localidades menores a 2 mil 500 habitantes y 37 por ciento, es decir 4.5 millones, son indígenas.