Semarnat negó 19 solicitudes de siembra de algodón transgénico en 2019

La Semarnat recordó que en 1996 se dio inicio a la siembra de algodón genéticamente modificado en México, bajo la promesa de contar con cultivos de resistencia a plagas y tolerantes a herbicidas.

Miles de pacas de algodón quedarán por el momento almacenadas.
Ciudad de México /

La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) informó que en 2019 emitió dictámenes vinculantes negativos para 19 solicitudes de siembra de algodón genéticamente modificado (GM), con base en el Artículo 66 de la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados (LBOGM), pero que no suspenden la actual producción de algodón transgénico en el país, por lo que tras 24 años de siembra y al encontrar trazas en poblaciones silvestres, llamó a considerar los resultados de las investigaciones y los efectos al algodón silvestre.

“La Semarnat considera que es momento de evaluar la pertinencia de los cultivos transgénicos frente a la responsabilidad de proteger el reservorio genético que nuestro país alberga, así como evaluar lo más conveniente para México. Hoy se torna necesario seguir un rumbo diferente hacia alternativas realmente sustentables, ya que en un escenario de crisis ambiental no podemos seguir poniendo en riesgo especies que nos brindan maravillosos servicios y productos, como la planta de algodón”.

En un comunicado, la Semarnat dijo que la negativa a 19 solicitudes de siembra, tienen fundamento en la determinación de los riesgos por la liberación al ambiente de los cultivos transgénicos y considera además el incumplimiento de la consulta indígena que señala el Artículo 108 de la LBOGM, pero “esta decisión no implica ni suspende la producción de algodón GM en México, pues actualmente los promoventes cuentan con 22 permisos de liberación en etapa comercial, conforme a la LBOGM, que abarcan una superficie de más de 1.5 millones de hectáreas con permisos en fase comercial”.

La Semarnat dijo que los 22 permisos fueron otorgados en la administración anterior, están vigentes y no requieren nuevos trámites. Otra consideración es que en las zonas en donde se siembra algodón GM se reporta baja incidencia de insectos y otras especies, en las cuales han surgido plagas secundarias, para las cuales el algodón GM no tiene efecto, y han obligado a frecuentes aplicaciones de insecticidas.

En cuanto a la consulta indígena de las 19 solicitudes negadas por la Semarnat, que establece la LBOGM, señala que el 66 por ciento de la siembra de algodón GM se lleva a cabo en Chihuahua, un estado con fuerte presencia indígena. Otras solicitudes son para los estados de Chihuahua, Baja California, Coahuila, Durango, Tamaulipas y Sonora, que también tienen presencia indígena en la vecindad de las siembras. Lo anterior, además de estar asentado en la LBOGM, fue resuelto por la Suprema Corte de Justicia de la Nación en el caso de la soya transgénica, indicó la dependencia.

La Semarnat recordó que en 1996 se dio inicio a la siembra de algodón genéticamente modificado en México, bajo la promesa de contar con cultivos de resistencia a plagas y tolerantes a herbicidas. “No obstante, después de 24 años de siembra de algodón GM resulta necesario considerar los resultados de investigaciones, financiadas por el mismo gobierno, las cuales han reportado trazas de transgenes en poblaciones silvestres de algodón”.

De acuerdo con la dependencia, la existencia de transgenes en poblaciones silvestres de algodón pone en riesgo la estructura genética de G. hirsutum y de sus parientes silvestres, en momentos en el que la conservación del reservorio genético es crucial ante diferentes retos, como el cambio climático.

Además, explica que la dispersión de transgenes, sea por dispersión no intencional de semilla o por flujo génico, es una evidencia de que no se cumplieron las medidas de bioseguridad ni la vigilancia en el monitoreo establecido.

Resaltó que otra inconveniencia del cultivo de algodón GM es la dependencia del uso de un paquete biotecnológico que integra la utilización de glifosato y otros herbicidas peligrosos para la salud y que contaminan el ambiente como el glufosinato de amonio.

Como país megadiverso, tenemos una gran responsabilidad en la conservación de nuestras especies para que puedan ser aprovechadas por las generaciones futuras. La diversidad genética encontrada en los parientes silvestres y en las variedades nativas de G, hirsutum forma parte de nuestra identidad biocultural. 

jlmr 

  • Fanny Miranda
  • Reportera de MILENIO, fan de la naturaleza y cazadora de atardeceres. Por sus trabajos sobre medio ambiente, ha ganado el Premio Aleman de Periodismo Walter Reuter 2022 (2do lugar) y Premio Nacional de Periodismo de Ciencia, Tecnología e Innovación en 2016, entre otros.

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