El Pleno del Senado aprobó en lo general y en lo particular la reforma a la Ley General de Salud, con la que este año se tomarán remanentes del Fideicomiso del Fondo de Salud para el Bienestar con el propósito de destinarlos a los gastos médicos derivados de la pandemia de covid-19 y, en el futuro, atender otras necesidades médicas.
Con una votación de 48 a favor y 32 en contra, los senadores aprobaron en lo general el dictamen y adicionaron un párrafo segundo al artículo 77 bis 17 y reformaron el segundo del artículo 77 bis 29 de la Ley General de Salud.
Así, se establece que cuando el fondo acumule recursos en un monto superior a dos veces la suma aprobada en el Presupuesto de Egresos de la Federación para el ejercicio fiscal 2020, el remanente podrá destinarse a fortalecer acciones en materia de salud, a través del reintegro de recursos correspondiente a la Tesorería de la Federación.
Con esta reforma, 33 mil millones de pesos serán tomados del fondo para destinarlo a la adquisición de vacunas contra el covid-19, lo que dejará aún un remanente de más de 40 mil millones de pesos.
Estos recursos estaban pensados para sufragar gastos de enfermedades crónicas, entre los llamados “gastos catastróficos”.
Sin embargo, la oposición reclamó que en el dictamen no se precisa claramente el destino de los fondos, por lo que, a propuesta de la senadora de Movimiento Ciudadano Patricia Mercado, se pidió etiquetar el uso de esos recursos, aunque la iniciativa no fue aceptada.
La senadora priista Claudia Ruiz Massieu acusó que, en realidad, el dinero se usará para financiar las “obras faraónicas” y programas sociales. Aseguró que el uso de esos recursos en fines distintos a los previstos forma parte del desmantelamiento del sistema de salud.
Por su parte, el senador de Movimiento Ciudadano, Samuel García, acusó que esta decisión es un “huachicoleo al dinero de Salud”.
- Te recomendamos Avanza en San Lázaro paquete fiscal 2021 con cambios del Senado Política
Asimismo, el senador Américo Villarreal, de Morena, defendió el planteamiento y dijo que con la reforma no se suprime el Fondo de Salud para el Bienestar, ni reduce los recursos presupuestales que por ley deben destinarse anualmente a éste, y tampoco elimina ni se restringen los usos para los que deben aplicarse el fondo.
En tanto, Miguel Ángel Navarro, senador de Morena y presidente de la Comisión de Salud, reclamó a la oposición que “están riñendo por 33 mil millones de pesos, cuando el país necesita 8 puntos del PIB”.
Según el dictamen aprobado, anualmente se ingresa en promedio al fondo el doble de lo que se necesita y se genera un recurso disponible ocioso. Por ello, “los recursos acumulados en el fondo seguirán garantizando la atención de enfermedades que provocan gastos catastróficos, la atención de necesidades de infraestructura, el abasto y distribución de medicamentos e insumos, así como el acceso a exámenes clínicos”.
Además, el dictamen agrega que los recursos que integran el patrimonio del fideicomiso deberán permanecer afectos al mismo hasta el cumplimiento de sus fines.
Pese a que los senadores Patricia Mercado, de Movimiento Ciudadano; Juan Manuel Fócil, del PRD; Nuvia Mayorga, del PRI, y Xóchitl Gálvez, del PAN, presentaron reservas para proponer etiquetar los recursos que saldrán del fondo y así garantizar que su uso sea específicamente el de la atención a temas de salud, la mayoría morenista desechó las propuestas y el dictamen de las modificaciones a los artículos de la Ley General de Salud quedaron como se habían planteado.
lp