El Senado impulsa reformas a la Ley que Regula las Actividades de Cabildeo en el Congreso de la Unión para normar la participación de particulares en las leyes que impulsen en la 4T.
Con un padrón actual de 509 cabilderos que todos los días se apersonan en el pleno cameral, en 10 años de vigencia del reglamento prácticamente ningún particular cumple con la obligación de transparentar el cabildeo y apenas llegan a una docena los informes entregados por los legisladores, pese a estar obligados a transparentar esta actividad.
La presidenta del Senado, Mónica Fernández, remitió en noviembre a cada uno de los 128 legisladores un oficio para pedirles que manden sus informes, aunque la mayoría ha respondido que no tiene contacto con cabilderos.
La senadora Jesusa Rodríguez organizó un foro de discusión para regular el cannabis y reportó en noviembre que no ha sostenido actividad con cabilderos “en promoción de mis intereses ni con algún otro tema”.
Entre los escasos senadores que han transparentado su actividad legislativa destaca el presidente de la Comisión de Economía, Gustavo Madero, que entregó las cartas de empresas farmacéuticas interesadas en la legislación de salud.
En el Senado, los cabilderos están divididos en dos figuras: personas físicas y morales, entre las que aparecen ex legisladores y políticos que han tenido actividad reciente, como José Eduardo Escobedo Miramontes, quien ha sido diputado federal y fue constituyente cuando se aprobó la Constitución de Ciudad de México. Representa a la firma Asesoría Estrategia Total SC y presta servicios a la bancada priista.
Aparecen además el ex senador Gustavo Almaraz, quien participó en las comisiones dictaminadoras del TLCAN en 1994 y socio de la firma Grupo Estrategia Política. Es el dirigente de la asociación de cabilderos; la ex diputada priista María Emilia Farías Mackey; la ex fiscal electoral y secretaria Técnica del Consejo de Coordinación para la Implementación del Sistema de Justicia Penal del sexenio pasado, María de los Ángeles Fromow, entre otros.
Aparecen cabilderos de todo tipo de empresas y servicios como agua Bonafont, Samsung Electronics, la ferroviaria Kansas City, la refresquera Pepsico Internacional, la cigarrera Philip Morris, las calificadoras Pricewaterhouse Coopers SC y SAP, la Asociación de Bancos de México o farmacéuticas como Johnson Johnson Medical México SA de CV, además de Facebook, entre las más de 500.
Actualmente, esta actividad se regula en los artículos 298 y 299 del Reglamento del Senado, en los que se señala que las comisiones y los senadores deberán informar a la Mesa Directiva sobre el cabildeo al cual estén sujetos.
Se señala que ni los senadores ni su personal podrán aceptar dádivas o pagos en efectivo o en especie por parte de persona alguna que realice cabildeo, pues infringir esta norma se castigará “en términos de las leyes de responsabilidades o la legislación penal”.
La iniciativa, que está ya en comisiones, propuesta por Ricardo Monreal y Miguel Ángel Navarro, plantea transparentar, obligar y sancionar su incumplimiento.
Claves
En la web
• Los documentos de cabildeo deberán publicarse en la página electrónica del Senado para ser consultados junto con los dictámenes, proyectos y cualquier acto o resolución emitida.
Por escrito
• Las propuestas, información u otra manifestación hecha por los cabilderos sobre los asuntos para los que estén acreditados deberán ser por escrito.