Los ríspidos enfrentamientos de las últimas sesiones en el Senado provocaron que un grupo de morenistas reactiven una iniciativa que esta en la congeladora desde hace tres años, para crear un Código de Ética, con el objetivo de establecer normas y principios para evitar corrupción y tráfico de influencia, así como insultos, calumnias y difamación entre quienes integran esa cámara.
Además, el artículo 45 establece las sanciones a las que se pueden hacer acreedores los senadores: amonestación pública; remoción del comité o comisión, a propuesta de la Junta de Coordinación Política con la aprobación del pleno; y suspensión del salario hasta por 30 días son las sanciones que proponen morenistas en el Senado para aquellos legisladores que insulten, calumnien o difamen a algún compañero.
Hace unos días, el senador de Morena, José Narro, envió una excitativa al presidente de la Mesa Directiva, Alejandro Armenta, para retomar las reformas que expiden el Código de Ética.
“Se puede dar debate, se puede dar discusión siempre hay que hacer las cosas con respeto. Yo creo que es importante que la actuación de los senadores haya una mínima ética en la conducta que guardamos todos aquí en el Senado… busca evitar los adjetivos, las descalificaciones, los insultos, las calumnias, las difamaciones son administrativas”, dijo el senador en entrevista con MILENIO.
Una de las proponentes, Bertha Caraveo, expuso que “a veces pareciera que no se tiene la libertad para la expresión no es así, pero la libertad de expresión también tiene límites y esos límites tienen que ver con el respeto y consideración de que estamos en el Senado y nos debemos respeto”.
La reforma al reglamento del Senado plantea crear un Comité de Ética, conformado de forma plural, de acuerdo con la representatividad de cada grupo parlamentario, encargado de realizar investigaciones sobre denuncias contra legisladores que hubieran incurrido en conductas irrespetuosas, intolerantes, discriminatorias o de falta de honradez e imparcialidad.
Sin embargo, legisladores de oposición, como el panista Víctor Fuentes, advirtieron que no se permitirá que se les coarte su libertad de expresión.
“Es importante mantener la mesura y el respeto, pero, jamás por ningún motivo se empiece a censurar lo que un legislador expresa desde la tribuna. El comenzar a ceder en este sentido pudiera ser la ruta para la censura en otro tipo de cosas”, destacó.
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Su compañera de escaño, Xóchitl Gálvez consideró que “nadie se debe de espantar y aquí es como el que se lleva se aguanta y cada quien su golpe…. el debate es duro, hemos aguantado cuatro años”.
También hay senadores que consideran que la política se ha trivializado y que el debate debe de subir de nivel y dejar a un lado las descalificaciones.
La ex presidenta de la Mesa Directiva, la morenista Mónica Fernández, aseguró que “no se merece el Senado de la República expresiones tan soeces, corrientes, de tan bajo nivel que ni siquiera representan un debate político, sino son expresiones que se han inscrito en términos de personalidad e intereses personales”.
Por otra parte, el senador del Grupo Plural, Gustavo Madero, comentó que no cree en los códigos de ética, “yo creo que tenemos los reglamentos muy claros, te pueden reconvenir y no. Sí estoy convencido de que hemos trivializado la política, hemos banalizado el discurso y caído en más descalificaciones que argumentos y esto degrada la calidad de un órgano tan importante como el Senado”.
Mientras que, la senadora del Grupo Plural, Nancy de la Sierra, presentó un exhorto para que la Mesa Directiva llame a la civilidad, al diálogo, al respeto entre los legisladores.
“Necesitamos mandar mensajes de unidad de respeto y congruencia, no importan si hay o no un código de ética… No demos calificarnos con adjetivos que tienen que ver con el peso, con lo alta, con lo bonita, lo fea, no podemos poner en los argumentos las descalificaciones, porque eso denigra al ser humano”, comentó.
La Constitución establece que “los diputados y senadores son inviolables por las opiniones que manifiesten en el desempeño de sus cargos y jamás podrán ser reconvenidos por ellas”.
EHR