Para Enrique Rivas Cuéllar, alcalde de Nuevo Laredo, el reto más grande que le ha puesto la vida no es ser alcalde, si no es ser padre y hacerse cargo de sus tres hijas, en especial ahora que la mayor entró a la adolescencia.
El presidente del municipio que mueve la mayor parte del cruce de mercancías entre México y Estados, entre risas contesta que aún le ha llegado la etapa de celar a sus hijas pero reconoce que llegará el momento.
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No se considera un gran bailarín pero sí un fanático del fútbol y su equipo favorito son los Tigres.
El panista afirma que si no hubiera sido contador público o dedicarse a la actividad política sería docente. Relata que el libro que más lo ha marcado es el Laberinto de la Soledad.
¿Qué hace al terminar su jornada laboral?
Procuro llegar cuando están terminando las niñas sus tareas en las noches, convivir un poco mientras están preparando sus libros o mochilas para el día de mañana, platicar un poquito con ellas y compartir un poquito del espacio y los domingos buscamos más estar conviviendo en familia no solo nosotros si no, comer con mis papás, tener momentos más con la familia.
El día a día es muy intenso, mucho trabajo, a veces tenemos compromisos o eventos conjuntos y procuramos vernos a la hora de la comida, soy de la idea de acuerdo a las posibilidades venir a comer aquí a mi casa.
¿Cuántos son los integrantes de su familia?
Aquí me acompaña la más pequeña de la familia, Alexa, mi esposa Silvia Adriana, Ana Sofía y Mariana Rivas somos los que integramos la familia Rivas Herrera.
¿Cómo es como papá?
He entrado a la etapa más desafiante que la vida me ha presentado y no es ser presidente municipal de una ciudad tan importante como lo es Nuevo Laredo, si no el ser padre de familia y ser padre de una adolescente, como lo es Ana Sofía que aquí esta, ese es el reto mayor que la vida me ha puesto, sin embargo, con comunicación y con amor, con entendimientos.
Ellas han entendido que su papá y ahora su mamá también tiene poco tiempo y bueno el roll que ellas también han aprendido que el tiempo que nos queda lo han aprovechado.
Tiene tres hijas; ¿es celoso?
Todavía no me he calado en esa parte, espero que tarde mucho tiempo.
Les decía de chiquitas, que ellas solo deben tener ojos para un solo hombre, que es su papá y me contestaban que sí, ahorita ya no me contestan. Pero bueno va llegar el momento y pues bueno así es la vida.
¿Qué le gustaba hacer cuando era niño?
Jugar en la calle, jugar béisbol, fútbol, básquetbol, sí era de practicar mucho el deporte, el deporte de calle, aunque sí practique béisbol en la liga Oriente, pero era más de practicar el deporte en la calle, también el fútbol americano, como vivíamos en una calle donde no pasaba mucho tráfico, aunque por donde vivía había la calle Doctor Mier, nos íbamos a
¿Temor a algo?
A fallar, a no estar a la altura, a fallarle a mi familia, a fallarle a mis amigos, a fallarle a los ciudadanos, ese es mi temor.
¿Le gusta bailar?
Me gusta de todo, me gusta la cumbia, el norteño-banda, me gusta mucho la balada, la bohemia, me considero que me gusta la música romántica, depende la ocasión. No soy un gran bailarín pero me defiendo bailando.
¿Colecciona algo?
No colecciono algo en particular. Como a veces me toca viajar mucho sí colecciono cosas de suvenir desde imanes para el refrigerador hasta algo que represente los lugares donde visitamos.
¿Algún libro que le haya marcado o que esté leyendo actualmente?
Hay un libro de Octavio Paz que me gustó mucho que es el de Laberinto de la Soledad, ese libro debería ser obligatorio en todas las escuelas.
Te habla de la mexicanidad, hace un planteamiento de cómo somos los mexicanos, como nos gusta, que utilizamos mascaras dependiendo los momentos, que no externamos 100 por ciento nuestros sentimientos, que es a través de máscaras, habla de las costumbres.
Ese libro en lo particular me impactó, aunque también me gustan las novelas políticas.
ELGH