Antes, viajar de shopping o de vacaciones desde Monterrey por carretera para cruzar al “otro lado” era toda una aventura familiar, ida y vuelta.
Ahora recorrer por cualquiera de las autopistas de cuota o libre a Laredo, McAllen, Brownsville o la Isla del Padre puede resultar mortal.
Hoy es posible que no haya retorno a casa, porque el paseante está en riesgo de convertirse en una persona con estatus de desaparecido.
Por ejemplo, antes de los episodios de violencia, los 222 kilómetros por carretera, incluyendo los 137 kilómetros de la autopista de cuota Monterrey-Nuevo Laredo, se transformaban en un tour de tres horas de entretenimiento para el viajero, con paraderos para comprar pizzas, pollo o botana.
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Igualmente si se requería de una vulcanizadora, una tienda de conveniencia y una gasolinera al mismo tiempo se podía hacer una parada con facilidad sobre la misma carretera.
Esto sucedía ya en la ciudad de Nuevo Laredo, justo a unos 500 metros del bulevar Luis Donaldo Colosio, que conecta directamente con el Puente Internacional de Juárez-Lincoln y el inicio de la autopista 35 en el área de Laredo, Texas.
“Hace algunos años regresaba de Laredo a Monterrey e incluso lo hacía de noche, iba a trabajar y otras de compras. Me venía con cuidado, pero siempre llegaba bien.
“Cuando estaba más feo en cuanto a seguridad que ahora después de la 02:00 o 03:00 de la mañana. Gracias a Dios nunca me pasó nada, la neta iba a Matamoros, Reynosa y Laredo. Ahora sí que Dios es muy grande. Yo me acuerdo que en Nuevo Laredo había bloqueos y Reynosa.
“Fuimos muchas veces por la autopista de cuota y nos regresamos temprano también; todavía unos días antes de la pandemia fuimos a Laredo y luego ya cerraron. La verdad está cabrón y raro ahorita ir para allá”, indicó un regiomontano, quien cuenta con un estudio de fotografía.
Recientemente, el 13 de junio de este año, una mujer y sus dos hijos, de nacionalidad estadunidense, desaparecieron cuando se trasladaban en un automóvil de Sabinas Hidalgo, en Nuevo León, a Laredo, en Tamaulipas.
Por lo menos 16 de las personas regresaron con vida a sus casas y una más perdió la vida del lado de Nuevo León.
El problema se ha agravado a tal grado que el gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón, pidió a los habitantes del estado no viajar a Tamaulipas hasta que se tenga la seguridad necesaria.