El ex presidente de Colombia Juan Manuel Santos aseguró que para que México disminuya “inmediatamente” la violencia y el número de muertos debe terminar con el prohibicionismo y legalizar el consumo de las drogas, como debería ocurrir en todo el mundo.
Deseó al presidente Andrés Manuel López Obrador y a los mexicanos perseverar y continuar con esta lucha, porque “se va a ganar”.
En la 17 Cumbre Mundial de Premios Nobel de la Paz en Mérida —que hoy concluye con un concierto de Ricky Martin— dijo que el acuerdo con las FARC es el máximo honor que tuvo como presidente, pues ahorró muertes.
No se ha ganado la guerra contra el narco… ¿cómo puede empezar a solucionarse?
México no debe nunca perder la esperanza y, sobre todo, la perseverancia; los carteles, por más poderosos que sean, los vencimos en Colombia, los desarticulamos, pero el negocio continuó y continuará mientras tengamos esa palabra que se llama prohibición, que es la genera esas utilidades con las que las mafias financian la violencia.
¿Cualquier tipo de droga debe legalizarse?
Yo creo que sí, así como uno puede regular los medicamentos de cualquier índole, uno puede regular el consumo de heroína y cocaína, yo sé que es más difícil y que todavía nosotros no estamos tan preparados. En Portugal, Holanda y Suiza regularon el consumo de la droga y bajó inmediatamente la violencia, el número de muertos, de presos en las calles y el consumo mismo. Entonces el Estado, a lo que puede dedicarse, es a prevenir el consumo y a hacer una política mucho más efectiva que simplemente punitiva.
¿Tuvo oportunidad de darle algún consejo a López Obrador?
Yo no soy nadie para darle consejos al Presidente de México, charlamos muy amigablemente y fue muy agradable; lo único que le deseo, y a los mexicanos, es que perseveren, que continúen esta lucha contra el narcotráfico, que se va a ganar.
El Presidente ha dicho que busca atacar las causas...
No hay fórmula mágica. Discutimos la política social con los jóvenes para que no sean reclutados por las mafias, pero el lucro del narcotráfico siempre va a estar ahí, por eso hay que combatirlo; a los consumidores con un enfoque de salud pública y a los productores darles alternativas. En Colombia han fracasado todas las políticas de erradicación de los cultivos porque no se les han dado todas las alternativas a los campesinos.
Ningún campesino va a permitir que sus hijos se mueran de hambre, por eso en el caso colombiano la sustitución voluntaria de los cultivos ilícitos que negociamos con las FARC es la única solución estructural de largo plazo.
Escuché su punto de vista sobre la verdad y la importancia de la prensa. ¿Un comentario de lo que usted hizo como periodista?
Fui periodista muchos años, me gané el premio Rey de España de Periodismo por destapar una red de corrupción de la primera regulación sanitaria en Nicaragua, si ponemos todo en conjunto, la prensa juega un papel muy importante, de control de señalamiento de las cosas malas a los presidentes no nos gustan que nos señalen las cosas malas, pero es necesario que nos señalen las cosas malas.
¿Cómo van los procesos de paz?
Vamos en la dirección correcta con los problemas que son normales en un proceso de reconciliación después de 50 años de guerra.
Ningún proceso de paz convierte a la ciudadanía en ángeles de la noche a la mañana, es un proceso lento donde hay que perseverar, pero por fortuna está blindado por la corte constitucional, pero más importante aún por el pueblo colombiano.
Estas disidencias que se presentaron hace unas semanas no representan, sino menos del diez por ciento.
¿El gobierno de Iván Duque podría entonces funcionar para continuar con este proceso o qué debería de hacer a pesar de ser un representarte de lo que usted considera del gobierno de Uribe?
El presidente Duque ha entendido que no tiene alternativa, que los acuerdos hay que cumplirlos, el quiso modificarlos y fue muy malo, lo rechazó el Congreso y la propia Corte.
Ya se dio cuenta que lo mejor que puede hacer y lo ha manifestado es implementar los acuerdos.
¿Por ese acuerdo usted considera que valió la pena ser presidente?
Sin duda alguna, la cantidad de vidas que se han ahorrado, los beneficios que ha traído; a pesar de los problemas que todavía tenemos, sin duda alguna que valió la pena.