El presidente Andrés Manuel López Obrador llega a su tercer año de gobierno, A la mitad del camino, con 11 cambios en la titularidad de sus secretarías de Estado y 21 más en el gabinete ampliado, subsecretarias y unidades administrativas, con ello fortaleció la presencia de políticos de su natal Tabasco y sumó perfiles más leales a su ideología de gobierno.
En promedio, ha realizado una modificación cada mes durante los 36 meses de su administración. Con ello, se convierte en el Presidente que más cambios administrativos ha realizado en las últimas dos décadas.
El mandatario nacional ha visto salir de su gabinete a políticos considerados como moderados, que se encargaban de tener puentes y el diálogo permanente con organizaciones empresariales y órganos autónomos, y han llegado perfiles más afines a la personalidad del mandatario .
Tabasqueñización
Uno de los cambios más importantes fue la llegada el 26 de agosto a la Secretaría de Gobernación del ex gobernador de Tabasco, Adán Augusto López.
De inmediato el presidente López Obrador le amplió sus facultades y comunicación con otros poderes como el Legislativo y Judicial, así como con organismos como el Tribunal Electoral y gobernadores.
Con la suma del nuevo encargado de la política interna del país, sumaron ocho tabasqueños en altos puestos del gobierno federal como: el general Audomaro Martínez, director del Centro Nacional de Inteligencia; Octavio Romero Oropeza, titular de Pemex; así como Juan Antonio Ferrer, quien encabeza el Instituto de Salud para el Bienestar.
A estos se suman: Javier May Rodríguez, secretario del Bienestar; Agustín Rodríguez, vocal del Fovissste, Óscar Rosado, titular de la Condusef y Carlos Enrique Ruiz Abreu, titular del Archivo General de la Nación (AGN).
La salida de personajes como Olga Sánchez Cordero, Alfonso Romo, Germán Martínez, Carlos Urzúa, Arturo Herrera y Julio Scherer también se ha considerado como un fortalecimiento del sector más duro lopezobradorismo.
Así, algunos de estos personajes dejaron el gobierno por no coincidir con la ideología de la 4T, o bien, dejaron de ser funcionales en sus tareas de comunicación y negociación con sectores, poderes y organismos autónomos y sociales.
Más cambios
El ex presidente Vicente Fox no realizó cambios en su gobierno durante los primeros dos años y fue hasta el tercero que hizo siete modificaciones.
Su sucesor, Felipe Calderón, apenas realizó un cambio en su primer año; cuatro en el segundo y seis arrancando la mitad de su sexenio. Mientras que el ex presidente Enrique Peña Nieto dejó pasar dos años sin movimientos en su gabinete y fue hasta el segundo tramo de su gestión donde hizo diez relevos en secretarías.
En la presente administración se han realizado 11 cambios en las titularidades de las secretarías de Estado, destacando tres secretarios de Hacienda y Crédito Público, el fortalecimiento de la Secretaría de Gobernación y el relevo en la Secretaría de Seguridad en medio de la crisis de inseguridad que vive el país.
De acuerdo con la investigadora de la UNAM, Paulina Arredondo Fitz, en su estudio Cambios y continuidades en los gabinetes mexicanos postalternancia, que revisó los cambios en las administraciones de Fox, Calderón y Peña Nieto, destaca que las secretarías con mayores rotaciones son: Gobernación, Desarrollo Social y Economía.
Mientras que las que menos tienen son Relaciones Exteriores y del Trabajo, Salud, Trabajo así como Comunicaciones y Transportes.
De los 19 nombramientos que hizo el presidente López Obrador el 1 de diciembre de 2018 al frente de sus secretarías de Estado, nueve ya fueron relevados y los 10 restantes se mantienen.
Las dependencias que han tenido rotaciones son: Gobernación que pasó de Olga Sánchez Cordero a Adán Augusto López; Hacienda que inició con Carlos Urzúa, siguió con Arturo Herrera y ahora está en las manos de Rogelio Ramírez de la O; Seguridad, la cual arrancó con Alfonso Durazo y fue sustituido por Rosa Icela Rodríguez.
También en Educación Pública que pasó su titularidad de Esteban Moctezuma a Delfina Gómez; Comunicaciones y Transportes, de Javier Jiménez Espriú a Jorge Arganís; Función Pública, de Irma Eréndira Sandoval a Roberto Salcedo; Economía, de Graciela Márquez a Tatiana Clouthier; Bienestar, de María Luisa Albores a Jorge May y Medio Ambiente con Josefa González-Blanco, Víctor Toledo y María Luisa Albores.
Como en los tres últimos sexenios, los secretarios de la Defensa y de la Marina se han mantenido inamovibles, así el caso de Cresencio Sandoval y Rafael Ojeda en esta administración.
Otros que se siguen en sus funciones son los secretarios de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard; del Trabajo, Luisa María Alcalde; de Desarrollo Agrario, Román Meyer; de Energía, Rocío Nahle; de Salud, Jorge Alcocer; Agricultura, Víctor Villalobos; de Cultura; Alejandra Frausto y Turismo, Miguel Torruco.
La caída de los poderosos
Las salidas y rotaciones en el gobierno federal han tenido diferentes motivos: intrigas palaciegas, declaraciones desafortunadas, diferencia de ideologías, excesos, aspiraciones políticas y hasta traiciones.
Unos se van del gabinete felices con el presidente López Obrador dándoles las gracias por su contribución en el gobierno de la 4T; otros apenas son mencionados en un comunicado, un tuit, aparecen en un video con el rictus descompuesto.
Los primeros ahora gozan de una gubernatura como Alfonso Durazo o les guardaron su lugar como Ricardo Sheffield, quien fue candidato y al perder volvió a la titularidad de la Profeco.
También gozan de un silencioso retiro como Graciela Márquez, Javier Jiménez Espriú o volvieron al Senado como Olga Sánchez Cordero, Germán Martínez y Gabriel García Hernández.
Los segundos, los que fueron en su momento los todo poderosos del gabinete, cargan un estigma de excesos y traición que les retiró el halo de la 4T.
El primer cambio de este tipo lo resintió la secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval, que de cara al proceso electoral 2021 buscó ayudar a su hermano Pablo Amílcar para hacerse de la candidatura al gobierno de Guerrero, que en un primer momento fue para Félix Salgado Macedonio y luego para su hija, Evelyn.
Dos semanas después del triunfo de Evelyn Salgado, el Presidente decidió remover a Irma Eréndira Sandoval, a pesar del trabajo que realizó con las inhabilitaciones de Alfredo Castillo, Luis Videgaray y Emilio Lozoya.
Luego de dos años de confrontaciones entre Olga Sánchez Cordero y Julio Scherer por la conducción de la política interna, gobernabilidad en los estados y el enlace con la Corte, el Congreso y el Tribunal Electoral, el mandatario fue salomónico y decidió la salida de ambos funcionarios lo que eclipsó el tercer informe de gobierno.
Luego del ejercicio de rendición de cuentas ante el Congreso, el presidente López Obrador confirmó la salida de Scherer como consejero jurídico de la Presidencia y quien volvía a sus actividades como abogado.
La última salida del gabinete fue el 8 de noviembre, cuando Santiago Nieto Castillo dejó su cargo al frente de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) tras la escandalosa boda que tuvo con la consejera del INE, Carla Humphrey, en Guatemala
En una tarjeta informativa difundida, se detalló que Nieto Castillo presentó su renuncia al presidente Andrés Manuel López Obrador, quien la aceptó.
Aunque el mandatario nacional reconoció que Nieto Castillo es un hombre íntegro y un abogado profesional, dijo que no puede permitir que en su gobierno los funcionarios caigan en extravagancias y afecten la transformación.
JLMR