Las campañas electorales arrancaron en Tamaulipas con dos ofertas contrastantes: por un lado, un llamado a que llegue la cuarta transformación al estado y, por otro, buscar soluciones a la violencia más allá de la estrategia de “abrazos” para combatirla.
El morenista Américo Villarreal advirtió que, “sin alardes ni desplantes, vamos a superar el desastre ocasionado en estos seis años de mentiras y corrupción. Ustedes conocen a los responsables y los vicios que han impedido el desarrollo de Tamaulipas. Ellos merecen lo que ya están recibiendo: rechazo y olvido. Ellos son ya el pasado”, señaló en referencia al gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca.
En contraste, el abanderado del PAN-PRI-PRD, César El Truco Verástegui, se refirió a la política de “abrazos, no balazos” y sostuvo que los abrazos son para la familia. “La ley se aplica y punto”.
El candidato por Morena-Partido Verde-PT arrancó su campaña por la gubernatura en la colonia que lleva el nombre de su padre, el ex gobernador Américo Villarreal Guerra, donde ofreció hacer su mejor esfuerzo por “recuperar el tiempo perdido” por los anteriores gobiernos.
Acompañado de los gobernadores Miguel Ángel Navarro, de Nayarit; Cuitláhuac García, de Veracruz, y de Ricardo Gallardo, de San Luis Potosí, Villarreal aseguró que todo está a favor de la cuarta transformación.
“Tamaulipas cambiará a fondo, nosotros representamos su positiva transformación”. En materia de seguridad lamentó que el estado, según organizaciones de derechos humanos, sea una “zona silenciada, donde sucede todo y no se dice nada”.
Ofreció mejoras en seguridad, justicia y salud en coordinación con la Federación, además de reconstruir el tejido social y un “combate a los violentos”.
En tanto, César Augusto Verástegui, candidato de “Va por Tamaulipas”, inició sus actividades proselitistas en Tampico, donde su primer compromiso fue impulsar las inversiones nacionales y extranjeras en esta zona de la entidad. “Pero debemos de tenerles el agua dulce” dijo, afirmando que la problemática del líquido se va a terminar.
Por la tarde, se trasladó al norte del estado y encabezó una caminata en Reynosa, uno de los municipios fronterizos con más problemas de violencia.