El gobierno de Tayikistán pagó alrededor de 92 millones de dólares por el avión presidencial, pero dicha cifra apenas representa el 42 por ciento de los 218.7 millones de dólares que gastaron los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto en la adquisición y acondicionamiento de la aeronave.
Con el paso del tiempo el avión modelo Boing 787-8 fue perdiendo valor de mercado, a tal grado que la Organización de Naciones Unidas (ONU) avaluó la aeronave en 2019 por un valor mínimo de 150 millones de dólares; es decir, que lo pagado el día de hoy apenas representa el 61 por ciento del valor tasado en ese momento.
Apenas en diciembre pasado, el director del Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras), Jorge Mendoza, señaló que el precio solicitado por el gobierno federal era de 95 millones de dólares, por lo que el gobierno de Tayikistán todavía consiguió un descuento de poco más de 3 millones de dólares.
Cabe señalar que en esa ocasión el funcionario recalcó que “posiblemente, por la depreciación de la maquinaria” el avión tendría una disminución pequeña, por lo que seguían haciendo un esfuerzo para tratar de venderlo.
La venta del avión presidencial fue una de las propuestas de campaña más mediáticas que realizó el presidente Andrés Manuel López Obrador durante la campaña electoral de 2018, pues representaba el símbolo de la corrupción en gobiernos anteriores.
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