Bertha María Alcalde, candidata a la presidencia del Consejo General del INE, afirmó tener su propia trayectoria profesional y dijo que, desde el inicio de su carrera, tomó un rumbo distinto al de su hermana, Luisa María Alcalde, y su madre Bertha Luján, sin militar nunca en un partido político.
En su entrevista del 18 de marzo con el Comité Técnico de Evaluación de aspirantes al Consejo General del INE, respondió así a los cuestionamientos sobre su afinidad con Morena como hermana de la secretaria del Trabajo e hija de la ex presidenta del Consejo Nacional de Morena:
"No puedo desconocer que mi hermana es secretaria del Trabajo, que mi madre ha trabajado ya por varios años con el partido Morena, son mujeres a las que obviamente quiero, admiro mucho, pero realmente yo desde el inicio de mi carrera tomé un rumbo distinto a ellas, yo realmente nunca he militado de manera activa en ningún partido político, yo nunca he contendido por un cargo de elección popular", respondió a la académica María Esther Azuela.
Agregó que siempre he trabajado de manera objetiva y con base a la legalidad, y no necesariamente con base en sus principios, como a su juicio lo demuestra su paso por la Secretaría de Gobernación en 2009, durante la administración del entonces presidente Felipe Calderón.
El Comité Técnico de Evaluación difundió esta noche en su micrositio los vídeos de las entrevistas con 92 aspirantes a consejeros electorales, de los cuales fueron seleccionados los veinte finalistas.
Alcalde, quien encabeza la quinteta integrada para elegir a la próxima presidenta del INE, sostuvo que ella puede ser "factor de consenso" y servir de "puente de diálogo para llevar a buen puerto el Plan B".
“No desconozco que ha habido controversias importantes en torno a las leyes secundarias que se acaban de aprobar; no es mi intención ni mucho menos ahondar en estas controversias, creo que todo lo contrario, a mí lo que me gustaría es servir de puente de diálogo para poder llevar a buen puerto esta reforma”, indicó.
En su comparecencia, Alcalde secundó los señalamientos sobre el sistema electoral mexicano como uno de los más caros del mundo y consideró que ello obliga a tener un ojo crítico para racionalizar los recursos.
Negó asimismo haber propuesto traspasar el padrón electoral del INE a la Secretaría de Gobernación o sustituir la actual credencial de electoral por una impresa en papel, al tiempo de afirmar que los medios de comunicación malinterpretaron sus planteamientos.