Desde niña lo suyo fue la defensa del género femenino, la lucha por la igualdad de oportunidades. Supo que el destino de María Mercedes Colín Guadarrama no era quedarse en el pueblo para casarse y seguir el destino que otras mujeres tenían en aquel lugar.
Hoy la diputada local es reconocida por no perder elección alguna, por su trabajo a favor de las mujeres, por arrebatarle la familia a los políticos empecinados en maltratarlas y por haber luchado hasta el último momento en ser la única alcaldesa de la entidad en el 2000.
Recuerda su pasado como enseñanzas de vida, situaciones que marcaron su carácter y le indicaron que para todo hay un momento, pero que los principios no se olvidan ni se reducen por estar en la casa, sino al contrario, es cuando deben ser más evidentes.
¿Lleva años en la política?
Desde el año 2000, con la presidencia municipal.
Me ha tocado esa lucha; en ese entonces se les pegaban a las esposas por haber votado por su servidora para ser candidata a alcaldesa, lo más difícil no fue ganar, sino la elección interna de mi partido.
Tuve que plantarme ante el presidente y exigirle respetar mi triunfo, porque no querían dejarme competir. Desde entonces tratamos de abrir brecha.
¿Cómo combina el tiempo como diputada y madre?
Tengo dos varones, uno de 22 y otro de 10. Les enseño que tienen que compartir los quehaceres de la casa. Provengo de una ranchería y desde que era chica sabía que no me podía quedar en el pueblo, porque ahí sólo se llegaba a la secundaria, tenía que salir de ahí, para que mi destino no fuera sólo casarme.
Salí a los 15 años de Agua Bendita en Amanalco, vine a Toluca a estudiar la preparatoria y terminé una carrera técnica en la superior de comercio, para contador privado, luego me di la oportunidad de trabajar para completar mi carrera universitaria.
Llegue con una tía. Soy la mayor de siete hermanos, todos varones, fallecieron dos hermanas pequeñas. Por ser la mayor y única hija te vigilan más, te protegen más. Tenía la responsabilidad de obtener buenas calificaciones sino te sacaban de la escuela porque los papás tienen otra forma de pensar que los pueblos, era estudiar la primaria y saliendo de ahí se casaban.
De hecho, de todos mis compañeros de la primaria, sólo tres somos profesionistas. Se pensaba que a las mujeres no había que darles estudio porque se iban a casar, pero creo que es todo lo contrario, necesitamos darles las mejores herramientas para tener una mejor calidad y defenderse en la vida, para que no las controlen económicamente.
¿Le gusta el deporte?
No hago deporte, soy muy floja para eso, en secundaria y preparatoria lo hacía, hasta fui atleta. Me gusta leer y hacer otras cosas en la casa. Los fines de semana me voy a Valle de Bravo.
En la cámara lo único que pienso es en el trabajo, ya cuando me voy para allá tengo que cambiar de chip, aunque a veces los fines de semana nos visita gente de la comunidad.
¿Le ha tocado la discriminación política?
Me ha tocado vivir y ver que a veces por el hecho de ser mujer creen que no tenemos la capacidad para ser delegada, comisaria, regidora o presidenta. Entre más cargos se tienen, la violencia hacia las mujeres va creciendo; estamos más expuestas, te injurian, argumentan que tenemos cargos porque “seguramente se acostó con el líder”, siempre nos exigen más.
¿Cocina?
Trato, me gusta mucho cocinar pollo, que es lo más fácil. Me encanta hacerlo, pero no lavar trastes. En Navidad, el pavo y bacalao los tengo que hacer yo para que tengan el sabor que me gusta.
Me encanta las plantas, me pongo a hacer talacha en mi jardín y ordenar. Tengo diferentes tipos de sábila, geranios, los helechos me gustan mucho y las rosas, la cuna de Moisés y diferentes tipos de árboles; tengo un bonsái, los de la abundancia que crecen por todos lados, y en mi oficina tengo como seis tipos de orquídeas.
Me dicen que soy muy exagerada porque desde el domingo ordeno mi ropa para toda la semana, digo, lunes a viernes. Optimizo mi tiempo, ordeno la de mi hijo el más chiquito, la de mi marido y mi hijo el más grande no, porque ellos lo deben hacer.
¿Tejer, coser?
No. Coser en algún momento lo hice por necesidad porque me hacia mi ropa para economizar, sé los patrones de corte, me hacía blusas, faldas, pero nunca hice ni una cadenita para una chambrita.
Soy una mujer de principios, soy enérgica aquí y en casa, le tienen más miedo a la mamá que al papá. Mis papás me decían que era muy terca y que hasta que no hacia lo que quería estaba contenta, pero necesitamos trabajar, ser perseverantes, disciplinadas, por eso me gustaría seguir en una organización civil, para orientar a la gente. Si de algo estoy muy segura es que no voy a dejar esa lucha.
LC