Comuneros y brigadistas de Tlalpan se alistan para armarse contra talamontes

Los brigadistas han denunciado ante las autoridades que los talamontes, quienes han afectado hasta 3 mil hectáreas del bosque, operan con halcones, armas largas y drones para lograr su cometido.

Los brigadistas y comuneros buscan defender el bosque | Octavio Hoyos
Carlos Vega
Ciudad de México /

Al sur de la Ciudad de México en el pueblo de San Miguel Topilejo, en Tlalpan, brigadistas y comuneros se preparan para levantarse en armas para defenderse y defender el bosque de grupos de talamontes que han devastado la zona desde hace más de dos años.

MILENIO entrevistó a los brigadistas que día a día vigilan y dan mantenimiento al bosque, quienes aseguran que en diversas ocasiones han sido agredidos a balazos (sin que hasta ahora hayan resultado lesionados) y amenazados, por lo que han llegado a un punto máximo de plantear que hombres y algunas mujeres, entre brigadistas y comuneros, se hagan de armamento para defender lo que ellos consideran "el único pulmón" de la capital.

“Ya se puede decir que ya llevamos un 30 por ciento de devastado, ya se está acabando nuestro bosque, si no le prestan atención las autoridades el siguiente paso que en verdad no queremos hacer es tomar las armas como comunidad. Sabemos el riesgo, sabemos que nos pueden lastimar, pero yo siempre lo he dicho y se lo he dicho los compañeros, vale la pena defender nuestro bosque y de verdad vale la pena porque es el único pulmón que tiene la Ciudad de México", explicó uno de los líderes de los brigadistas.

Por otro lado, uno de los jefes de brigada cuenta que también hay muchos compañeros que ya contemplan la idea de dejar el trabajo en las brigadas ante las amenazas, al tiempo que dice estar de acuerdo con levantarse en armas, ya que está será la única alternativa para defender el bosque y su trabajo.

"La verdad muchas personas están a punto (de dejar el trabajo), apenas se va a tener una reunión con el presidente del comisariado para ver qué acciones tomamos porque, una de dos: se retira uno del trabajo o se arma uno, que pues yo creo que lo ideal sería armarse porque pues es trabajo y ahorita en la actualidad como está dónde vas a conseguir trabajo. Hay que ser realistas, en la Ciudad de México no hay trabajo, y qué vamos a hacer, no nos va quedar otra más que armarnos, más que defender nuestro bosque, porque aunque desertemos de todos modos se lo van a acabar".

Sobre las amenazas que han sufrido, explican que hace varios meses tenían personal que permanecía en casetas de vigilancia en tramos del bosque de Topilejo, sin embargo, fueron golpeados de gravedad y "los dejaron con vida porque les mandaron mensaje de que los dejáramos trabajar y si no, venían sobre nosotros que somos los principales y que no nos metiéramos porque hasta la vida nos iba a costar".

MILENIO recorrió parte de la reserva de conservación de Topilejo junto a una brigada, cuyos integrantes ahora tienen que llevar con ellos un par de armas de bajo calibre que anteriormente solamente utilizaban para defenderse de animales que habitan la zona.

En uno de los parajes, además constatar las zonas afectadas por la tala ilegal, se observa el estado de una de las casetas de vigilancia, la cual se encuentra abandonada entre vidrios y muebles rotos, y donde a escasos metros también hay diversos casquillos percutidos.

Incluso, a un costado de la caseta, también se encuentra una de las camionetas que los brigadistas han quemado como una de las estrategias a las que han recurrido para tratar de frenar a los talamontes.

Los talamontes cuentan con drones para operar en el sitio | Octavio Hoyos

Operan con halcones, armas largas y hasta drones

De acuerdo con los brigadistas, los grupos dedicados a la tala ilegal provienen principalmente de Hutzilac y Tres Marías, en Morelos, y Santa Martha, Estado de México, los cuales anteriormente se dedicaban al huachicoleo y luego de que se les acabara el negocio por la estrategia del gobierno federal contra este ilícito, comenzaron a ingresar al área de conservación protegida de Topilejo.

Los talamontes operan en horarios que comienzan entre las 22:00 horas y las 23:00 horas y terminan aproximadamente a las 05:00 horas del día siguiente. Están conformados, en su mayoría, por jóvenes de entre 16 y 25 años, los cuales cuentan con radios de comunicación, armas largas, así como drones para saber cuándo pueden entrar a la zona dónde van a talar; además de halcones que vigilan desde el pueblo y el camino hacia el bosque para advertir de la llegada de brigadistas o autoridades como la Guardia Nacional o la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC).

Llegan a ingresar hasta con 10 o 15 camionetas donde transportan una cantidad que ronda entre 50 u 80 árboles talados al día, por lo que han afectado hasta 3 mil hectáreas, según las estimaciones de los brigadistas; de manera que por el grado de coordinación con el que operan, ya consideran esta problemática como delincuencia organizada.

Han pedido ayuda a las autoridades pero han hecho caso omiso | Octavio Hoyos

-¿Consideran que esto ya es delincuencia organizada?

Sí, lo consideramos que sí ya es una delincuencia organizada, sí. Tan es así que, aparte de que tienen una buena comunicación por medio de radios, que cuentan con un dron, de hecho antes de que entren lo sueltan y anda peinando la zona".

Sobre la ruta de salida cuando ya terminan su jornada de tala, los brigadistas señalan que huyen por la carretera federal México-Cuernavaca, al indicar que en el kilómetro 47 de norte a sur, del lado derecho está una carretera que comunica a un pueblo llamado Fierro del Toro, por ahí pasan los linderos con Ciudad de México para después reincorporarse a la carretera y salir hacia Tres Marías. Aseguran que "esos son todos sus accesos" y que esta ruta ya la han hecho saber a autoridades capitalinas y federales.

"Yo pienso que no han querido ver (las autoridades) porque todo esto que te comento ya se los hice saber a las autoridades, en las mesas de trabajo, ya les di a entender que es la única ruta de salir, no hay otra más".

Acusan escasos resultados de las autoridades

Desde que detectaron la presencia de los talamontes presentaron alrededor de 30 denuncias ante instancias como la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), la Dirección General de Inspección y Vigilancia Ambiental de la Secretaría del Medio Ambiente de la capital, y pidieron apoyo de la Guardia Nacional y la Policía capitalina, siendo esta última la que consideran les ha dado un poco más al realizar recorridos con las brigadas, pero señalan que "los resultados no han sido como uno quisiera".

Incluso, relatan que en un recorrido que hicieron de manera conjunta con personal de Profepa no bastó con la gente que llevaban para detener a un grupo de talamontes "porque nos rodearon cerca de 80 personas en cuestión de minutos. Agarramos una camioneta con cerca de seis personas, jóvenes que a lo mejor van drogados yo creo porque son bien aventados, agresivos y la palabra mejor es, que les vale madre hasta su vida. Ellos dicen que van a lo que van y no les importa que les quiten la vida".

Para solucionar la problemática de los talamontes, los comuneros de San Miguel Topilejo hacen un nuevo llamado a los gobiernos federal y capitalino para que les eviten el llegar a la determinación de levantarse en armas contra los talamontes.

"Ya me cansé de tanto estar haciéndoles llamados y pues vuelvo a repetir que volteen de este lado, lo que está pasando al sur de la ciudad, se están acabando nuestro bosque".

FS

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