Con trajes de 45 kilos, así se preparan los elementos anti-bombas del Ejército

El adiestramiento en búsqueda, localización y desactivación comienza en el campo número 37-C, en San Miguel de los Jaguyes, Huehuetoca, Estado de México; y los mejores, logran certificarse en el extranjero.

El adiestramiento en búsqueda, localización y desactivación comienza en el campo número 37-C. (Jorge Carballo)
México /

Un robot RMIWT9 de fabricación canadiense es controlado con un mando a distancia para revisar la zona con sus cuatro cámaras de vídeo vigilancia. A lo lejos -100 metros exactos- el artefacto es observado desde una consola y manipulado con una garra, como si se tratara de una maquina caza peluches.

Los momentos son de tensión, el equipo de Rayos X portátil y los binomios canófilos ya pudieron ver y olfatear que se trata de un artefacto explosivo improvisado dentro de una caja de plástico, similar a los utilizados por las fuerzas comando, las guerrillas o los grupos terroristas.


El desactivador, un soldado forrado con un traje antiexplosivos de 45 kilogramos elaborado con tela retardante al fuego, avanza despacio hacia la diminuta caja para colocar –dependiendo del tipo de artefacto- un cañón disruptor calibre 12 y una carga de agua; una detonación con un ‘butler’ para hacer una separación de componentes; o una contra-carga con la que sería destruido el artefacto.


“¡Fuego en el hoyo!, ¡Fuego en el hoyo!, ¡Fuego en el hoyo!”, se escucha a lo lejos, es la señal previa antes de que el cañón lance una proyección de agua para separar la potencial amenaza, lo que deja una cortina de humo con olor a pimienta y un zumbido en los tímpanos de los presentes.


Los fragmentos del recipiente quedan esparcidos, la batería, los cables o la pasta explosiva, solo quedó un hueco en el suelo, como si hubiera desaparecido: El artefacto fue desactivado por el Grupo de Respuesta a Emergencias del Cuerpo de Fuerzas Especiales del Ejército.

De acuerdo con el capitán segundo Juan Villalvazo, instructor del Curso Contra Artefactos Explosivos Improvisados del Ejército Mexicano, se trata de “oficiales que pertenecen a todas las unidades los cuales son desplegados a su unidad matriz, y ellos hacen el efecto multiplicador en dado caso de requerirse, o son destacados en caso de que se requiera”.


El adiestramiento en búsqueda, localización y desactivación comienza en el campo número 37-C, en San Miguel de los Jaguyes, Huehuetoca, Estado de México; y los mejores, logran certificarse en el extranjero, incluso participando en adiestramientos, seminarios y ejercicios internacionales, el más reciente, el Ardent Defender en Canadá, organizado por las Fuerzas Armadas Canadienses apenas el mes pasado.

“Recibimos una invitación de Canadá, acudimos y tuvimos una gran oportunidad. Este ejercicio se realizó en Ontario y nos deja mucha satisfacción personal y profesional el prepararnos, capacitarnos para servir a nuestro país”, declara en entrevista el capitán Primero de Infantería, Carlos Mejía del Grupo de Emergencias del cuerpo de Fuerzas Especiales.

ledz

  • Amílcar Salazar Méndez

LAS MÁS VISTAS