El Tren Maya –impulsado por el presidente Andrés Manuel López Obrador–, representa una seria amenaza para la mayor población de jaguares en México, que se concentra en la península de Yucatán, advirtió Gerardo Ceballos, presidente de la Alianza Nacional para la Conservación del Jaguar.
En entrevista con MILENIO, el científico del Instituto de Ecología de la UNAM advirtió sobre la urgencia de evaluar el impacto ambiental del proyecto, de acuerdo con la ley ambiental para poder mitigar su daño a esa especie en riesgo de extinción.
Destacó que la población de jaguar en vida silvestre pasó de 4 mil ejemplares, en el año 2010, a 4 mil 800 jaguares en 2018. Según datos del Segundo Censo Nacional del Jaguar, de esa cifra más de mil ejemplares se concentran en la Península de Yucatán, por lo que “el jaguar es una de las especies más amenazadas por el tren”.
El investigador explicó que al menos otras 40 especies de fauna enlistadas en alguna categoría de riesgo en la NOM 049, también se encuentran en riesgo por la construcción de la obra, como tapires, pecarís, ocelotes, jaguarundis, así como otros mamíferos y aves.
“Se requiere que el Proyecto Ejecutivo y cualquier obra de infraestructura, como lo marca la ley ambiental, tiene que pasar un proceso de factibilidad. Las Manifestaciones de Impacto Ambiental nos permitan entender cuáles son los impactos negativos de la obra, cómo se debe mitigar y si son económicamente factibles.
"Es importantísimo que se tome en cuenta que las obras digan lo que marca la ley, para evaluar el impacto del tren, no solo del tendido, sino del desarrollo que viene asociado”, comentó Ceballos.
De tal forma, los científicos que integran la alianza exigieron al Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) –institución que promueve la construcción del Tren Maya–, seguir la normatividad ambiental; además demandaron que no se toque ninguna de las áreas naturales protegidas, como Yum Balam, Tulum y Calakmul.
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Ello, a fin de proteger los grandes corredores biológicos y no fragmentar el hábitat del jaguar, ya que cada ejemplar requiere de 4 a 5 mil hectáreas para su supervivencia, pues por ejemplo, caza un venado cada cuatro días; se trata del depredador más grande que existe en América.
“Son los depredadores que están hasta arriba de la cadena trófica, que existan indica que el hábitat está bien, que el ambiente está sano.
"Requieren áreas grandes porque necesitan de muchas presas, pesa entre 50-60 kilos. Una vez que fragmentas el ambiente, le pones una carretera o un tren al jaguar, se convierte en una barrera, se dispersan y haces que la población sea más pequeña y es más susceptible a la extinción. Si fragmentando un área hay cinco jaguares fácilmente podrían matarlos, y hay más problemas genéticos, para que estén sanos se requieren más de 50 individuos”, explicó.
Alianza para la Conservación del Jaguar se reunirá con director de Fonatur
El ecólogo y conservacionista informó que miembros de la Alianza por la Conservación del Jaguar se reunirán hoy miércoles con el titular de Fonatur, con quien ya han sostenido encuentros, para impulsar también la construcción de pasos de fauna por arriba de los trenes.
“Hemos ofrecido a Fonatur una serie de información fundamental para que se puedan evaluar en los impactos en el jaguar. En la región quedan bastas zonas de selva propiedad de ejidos y comunidades, en las cuales podrían derivar ciertos beneficios en estas comunidades”.
Ceballos, quien por su trabajo publicado en Science sobre extinción de poblaciones es el ecólogo mexicano con el artículo más citado en la década, destacó que los políticos deben tener claro que se debe proteger a esta especie, porque juega un importante papel en la cultura prehispánica y actual.
Advirtió, además, que plantas y animales y en su conjunto los ecosistemas proveen al ser humano de servicios ambientales, por lo que se debe evitar que proyectos como el Tren Maya erosione la capacidad de nuestro ambiente.
evl