Hace seis días el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación tuvo tres presidentes y ayer anocheció sin ninguno; los magistrados Reyes Rodríguez Mondragón y José Luis Vargas presentaron sus renuncias para lograr una presidencia de consenso que logre la reconciliación y la reconstrucción institucional.
Vargas Valdez dijo que no logró consensos y reconoció que su presidencia se vio obstaculizada por intervenciones indebidas de actores políticos, mientras que Rodríguez Mondragón aceptó que su nombramiento no se dio con la presencia y aceptación de todos los integrantes de la Sala Superior.
Por la mañana, tras cinco días de espera, dos cartas por escrito y varias llamadas que fueron ignoradas, el magistrado José Luis Vargas fue recibido por el ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Zaldívar, quien tras una reunión de 30 minutos confió en que “en breve estará superada esta crisis institucional”.
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Al mismo tiempo, Vargas Valdez fue notificado de la decisión de la SCJN de que por el momento no admitirá a trámite su controversia constitucional con la que buscaba impugnar su remoción de la presidencia de la Sala Superior y les ordenó a que informara “quién es la magistrada o el magistrado electoral que actualmente ejerce el cargo de presidente de ese órgano”.
En tanto, el magistrado Reyes Rodríguez Mondragón encabezó su primer y único evento público como magistrado presidente, donde fue arropado por los magistrados Janine Otálora, Felipe Fuentes Barrera, Felipe de la Mata Pizaña e Indalfer Infante.
Más tarde, el magistrado destituido de la presidencia, José Luis Vargas Valdez, los convocó a una reunión “para buscar una salida jurídica y política”; ahí acordaron —tras los encuentros con el ministro presidente Zaldívar— llegar a una presidencia de consenso que fuera aprobada por todos.
Por lo que Reyes Rodríguez oficializó su renuncia a solo cinco días en el cargo, reconociendo que si bien su presidencia se dio por mayoría, la decisión se definió en ausencia de dos magistraturas, la de José Luis Vargas y la de Mónica Soto, y “un órgano colegiado debe cuidar siempre que en sus decisiones participen todos sus integrantes, pues es una regla clave en la democracia para legitimar sus resultados.
“Y eso se requiere en la elección del nuevo presidente del Tribunal Electoral. Esa voz colectiva del tribunal se afianza nuestra autoridad y legitimidad. Esa voz colectiva estuvo mayoritariamente presente cuando se tomó la decisión de designarse como presidente. Sin embargo, no se tomó con todos los presentes y ejerciendo su voto.
“La presidencia tiene que nacer del amplio consenso de quienes integran al tribunal y es un proceso que incluya las voces de todos los magistrados que integran el pleno. Desafortunadamente esto no se dio en la sesión pasada, la cual no es sino una muestra más de que el Tribunal Electoral pasa por una situación en la que es necesaria la reconciliación”.
Rodríguez Mondragón agregó que la crisis en la Sala Superior es el resultado de una cadena de acontecimientos que, sin duda, ha puesto aprueba la independencia e imparcialidad de este tribunal. Por lo que hizo un llamado para que en conjunto se fortalezca la institución.
Mientras que el magistrado Vargas Valdez reconoció que “actores del entorno político han buscado intervenir indebidamente en la vida interna del Tribunal Electoral y deslegitimar la importante labor que hace. Lamento que estas intromisiones hayan obstaculizado la adecuada gestión de la presidencia a mi cargo. Repruebo, además, cualquier ataque a la autonomía e independencia del TEPJF y de cualquiera de sus miembros”.
Destacó que “en concordancia con mis principios y convicciones, he decidido ceder el paso para que asuma presidencia quien —entre mis pares— cuente con las cualidades para impulsar los acuerdos y la unión que actualmente requiere esta institución. A quien resulte designado en esta trascendental responsabilidad le expreso mi respaldo y disposición para construir en favor de la institución.
“Como hombre de leyes y demócrata, el mayor interés que me motiva a actuar hoy es contribuir a que el Tribunal Electoral siga desempeñando su alta encomienda constitucional y, con ello, preservar el estado de derecho y nuestro sistema democrático”.
Hasta el cierre de la edición, la Sala Superior no había definido si someten a votación una tercera magistratura de consenso para ocupar la presidencia hasta 2024 o se nombraría una presidencia interina hasta concluir las impugnaciones del proceso electoral, que por norma y ante la renuncia de Rodríguez Mondragón deberá asumir Janine Otálora en su calidad de decana. Lo que deberán resolver antes de la sesión pública de mañana.