En la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) arrancó la primera disputa por la Rectoría en la era de la cuarta transformación, y si bien el presidente Andrés Manuel López Obrador no tiene papel qué jugar, cada vez son más las voces que lo incluyen como posible factor en la ecuación bajo el nombre de John Ackerman.
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De acuerdo con consejeros universitarios y especialistas, la sucesión estará sometida a la presión política de grupos que tratan de mantener el control de la mano de José Narro Robles y de quienes apoyan la continuación de Enrique Graue.
Además, el nivel de efervescencia se ha mostrado en los últimos días con diversas protestas en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS), con el argumento de que la directora, Angélica Cuéllar, aspira a la Rectoría.
Octavio Solís, consejero y representante del sector laboral de la máxima casa de estudios, señaló que el proceso, que comenzará en breve con la publicación de la convocatoria por parte de la Junta de Gobierno, estará enmarcado por la pelea del ex rector Narro Robles por no perder el último reducto de poder que le queda tras su renuncia al PRI.
Los recientes hechos violentos en la universidad apuntan a ello y se ha dejado sentir a la FCPyS como la punta de lanza. El pasado 6 de septiembre, jóvenes encapuchados cerraron esta facultad en protesta porque el ex candidato presidencial Ricardo Anaya sería ponente en el diplomado “Política mexicana contemporánea, una mirada plural”.
También participarán ex priistas e integrantes de Futuro 21; algunos son la priista Dulce María Sauri, la ex priista Beatriz Pagés, el ex canciller Jorge Castañeda y el ex vocero de Vicente Fox, Rubén Aguilar. Incluso, el diplomado está coordinado por el académico Alejandro Chanona, líder de Movimiento Ciudadano.
“Narro, además de ex priista, aún tiene el respaldo de directivos y funcionarios que dejó desde su administración. Si revisamos la lista de quienes participan todos son anti-Andrés Manuel. Está muy cargado a una agenda de ex priistas y ex perredistas. Anaya en realidad es uno de tantos. Lo más extraño es que un grupo de 15 encapuchados detiene el evento. Yo lo vi más como una respuesta de lo que pasó en Rectoría días atrás.
“Las agresiones en Rectoría no tuvieron más objetivo que mandar un mensaje, no era el plan tomarla. No fue para pedir cuentas a un año de los hechos violentos. El objetivo solo era mandar un mensaje, golpear la imagen de la universidad”, indicó Solís.
El 6 de septiembre, en una asamblea posterior, los estudiantes de la FCPyS emitieron un pliego petitorio en el que emplazaron a la directora a entablar un diálogo con los inconformes y atender sus cuestionamientos.
Para el consejero Solís, con estas acciones se puede estar imponiendo presión a una posible candidata de Narro Robles: Angélica Cuéllar. Otro de sus candidatos, auguró, puede ser externo: Luis Raúl González Pérez, presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
“Narro tiene la habilidad de promover a más de uno, hasta tres candidatos. Ella puede ser uno, por lo que pararle la facultad es mandar el mensaje”, refirió.
Los mensajes simbólico-políticos se intensificaron desde la semana pasada con los hechos vandálicos del 3 de septiembre en la Rectoría. El lunes, una centena de directores de facultades, escuelas, institutos, centros y programas universitarios repudiaron las provocaciones contra la UNAM y respaldaron a Graue.
Antes este escenario, para el consejero Solís la independencia de la Junta de Gobierno será una pieza fundamental. Consideró que Graue ha sabido mantener cierta estabilidad en la universidad, lo que puede colocarlo como buen prospecto ante los ojos del máximo órgano de gobierno.
“A la Junta de Gobierno le interesan dos cosas: la estabilidad política y el presupuesto. Si tienes un candidato que el próximo noviembre esté entregando un crecimiento presupuestal y además garantizando estabilidad política, es un gran bono. Ambos son puntos que juegan a favor de la reelección de Graue”, expresó.
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Para el ejercicio fiscal 2020, el gobierno federal propuso aumentar mil 538 millones de pesos a la UNAM, con lo que contará con 41 mil 317 millones 695 mil pesos.
Manuel Otero, consejero universitario y representante de los estudiantes de posgrado en Humanidades y Artes, dio un pronóstico más reservado y confió en que será un proceso en el que la comunidad universitaria será la protagonista, no actores externos.
Advirtió que, pese a los cambios en el entorno político nacional, la universidad se ha sabido mantener en un balance, por lo que la Junta de Gobierno buscará que quien asuma la Rectoría cuente con ese perfil conciliador.
César Astudillo, investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas y ex abogado general de la universidad, expuso que el periodo crucial para la definición de candidaturas es el mes posterior a que la Junta de Gobierno publique la convocatoria, ya que iniciará la auscultación en las facultades e institutos.
Sobre los nombres que han surgido en versiones periodísticas para dirigir a la UNAM, consejeros y especialista coincidieron en las limitantes jurídicas que enfrentan. Recalcaron que no hay espacio para la modificación de las leyes orgánicas universitarias para permitir el ascenso de personajes que no cumplen con el perfil.
En el caso de John Ackerman, nació en Estados Unidos y se naturalizó mexicano. La ley orgánica establece que el rector debe ser mexicano de nacimiento.
“No veo ningún candidato fuerte de la cuarta transformación e intentar modificar la ley orgánica simplemente es impensable, es abrir la caja de pandora. No se ve en los planes de la Junta de Gobierno. Sería como un suicidio para la universidad. Si AMLO forzara esa pretensión habría un divorcio entre la élite de la universidad y el poder político. Simplemente no se ve eso”, dijo.
RLO