En México, 70 por ciento de las escuelas públicas carecen de agua potable y, en algunos lugares, como sucede en Chihuahua y en Guerrero, está contaminada con arsénico y metales pesados, aseguró Pressia Arifin-Cabo, representante adjunta del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
“A los padres no les queda de otra que darles a sus hijos bebidas azucaradas”, precisó Arifin-Cabo tras referir que el panorama se agrava cuando la infancia mexicana es objetivo del bombardeo de la industria.
En el Foro de Líderes en Diabetes, Arifin-Cabo detalló que la industria de alimentos ultra procesados y de bebidas azucaradas diseñó toda una estrategia de colores y personajes para atrapar a los menores y convertirlos en consumidores, no solo medios de comunicación, sino en los propios puntos de venta.
“Ellos anteponen sus intereses económicos por encima de sus derechos universales a tener salud y bienestar”, aseveró en esta reunión donde se presentan novedades científicas e investigaciones.
Las "prácticas dilatorias" de la Confederación Nacional de Cámaras Industriales (Concamin) de ampararse contra la Norma Oficial Mexicana NOM-051-SCFI-1994 sobre el nuevo etiquetado de alimentos y bebidas no alcohólicas, coloca a la infancia mexicana en una situación de alto riesgo, sobre todo porque hay una alerta de que no se podían posponer ya las políticas públicas para evitar que esos niños crezcan y sean enfermos prematuros.
Arifin-Cabo y Catalina Gómez, jefa de política social la Unicef en México, recordaron que las recientes encuestas nacionales de nutrición evidencian que 1 de cada 3 niños tiene sobrepeso y obesidad, y que en el 2030 muchos de estos menores desarrollarán enfermedades crónicas y degenerativas y, además de que tendrán cuatro años de reducción en la expectativa de vida.
La emergencia epidemiológica que afecta a México desde 2016 actualmente ataca de manera sumamente preocupante a su población más joven. Según datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2018, el 35.6 por ciento de los niños, entre los 5 y 11 años, padece sobrepeso y obesidad. Entre los niños y jóvenes de 12 a 19 años, la prevalencia es del 38.4 por ciento.
Por ello “estas prácticas adoptadas por los opositores resultan lamentables porque se enfocan a demorar en aplicar soluciones de políticas públicas de inmediato, sobre todo, cuando estamos viviendo una alerta epidemiológica”, agregó Gómez.
México no puede esperar más y debe actuar ya, dijo; pero la oposición a los etiquetados en alimentos y bebidas forma parte del actuar de la industria, de hecho, lo hizo en Perú, Chile y en Uruguay y, al final se tuvo que adaptar.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia consideró que el etiquetado aprobado por México es uno de los mejores del mundo porque ofrece a los consumidores información sencilla sobre el exceso de nutrientes que contribuyen al sobrepeso y la obesidad.
Los sellos de advertencia, comentaron, son esenciales porque orientan a las familias sobre los excesos de contenidos calóricos, de azúcar, sodio, grasas saturadas y grasas trans.
"La aprobación de la modificación a la NOM 051 sobre etiquetado de alimentos y bebidas ha sido un paso fundamental en la lucha contra el sobrepeso y obesidad en México, y el nuevo etiquetado debe contar con el apoyo de toda la población y de diferentes grupos de interés para que su proceso de adopción sea lo más rápido y adecuado posible.
"Es responsabilidad de todos impulsar esta eficaz acción en la lucha contra el sobrepeso y la obesidad y por la salud de la infancia en México. Nuestros niños no sólo lo merecen, es su derecho”, dijeron tras referir que esperan que la industria recapacite por el bien de México.
AE