José Antonio Ruiz Hernández, oficial nacional de Protección de la Unicef, señaló que a pesar de que existen leyes que dictan la edad mínima de 18 años para contraer matrimonio, se han observado limitantes en las mismas, pues siguen existiendo matrimonios entre menores de edad en México, y alertó de la necesidad para reforzar estos marcos normativos.
En entrevista para MILENIO Televisión, el representante del organismo mencionó que dichas uniones infantiles tienen su origen en diferentes aspectos sociales de los niños o adolescentes, y tienen como objetivo principalmente beneficiar dichos ámbitos de los menores de edad.
“El matrimonio infantil o las uniones tempranas forzadas, mejor dicho, tienen su origen una multiplicidad de factores; por una parte existen prácticas sociales que siguen validando la idea de que las uniones infantiles pueden ser benéficas en los ámbitos comunitarios, sin embargo, estas no pueden ser benéficas para quienes forman parte de esta unión”, dijo Ruiz Hernández.
Aclaró que uno de los principales riesgo que tendrán los menores de edad al contraer matrimonio a una temprana edad es tener una menor posibilidad de continuar sus estudios, “se han identificado que la mayoría de ellas (niñas o adolescentes) llegan únicamente a culminar la educación básica y no llegando a la media superior”.
También, se refiere otra de las principales razones de esta unión son embarazos no deseados antes de los 18 años, pues aseguró que si la menor de edad se encuentra embarazada posterior a la unión, “muy probable que se dé un siguiente embarazo”.
Por su parte, Ruiz Hernández aclaró que existen leyes para establecer una edad mínima, sin embargo, alertó que estas uniones son “uniones de hecho”, es decir, de menores que se van a vivir juntos, por uniones con alguna carga simbólica para sus familias o comunidades.
Sin embargo, consideró que existen ciertos limitantes para el reforzamiento de dichos marcos normativos, pero explicó que estos deben de ir acompañados por proyectos de sensibilización y concientización para las familias y comunidades de los menores afectados.
“Es muy importante que para poder prevenir estas uniones que se siguen dando. Por una parte, realicé una labor de concientización, particularmente en el ámbito comunitario y familiar, ya que en algunas ocasiones las familias siguen considerando que es preferible que las y los adolescentes (…) estén casadas o unidas, porque tuvieron algún embarazo temprano, porque se ven como una opción para poder salir del espacio en donde se encuentra o en algunas ocasiones algunas familias consideran que estas uniones van a mejorar las relaciones familiares” explicó.
DM